OPINIóN
Vacunación vip

Fracaso de las políticas sanitarias

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Final. “No es más que el corolario de una mala gestión en el Ministerio de Salud”. | cedoc

En oportunidades observamos en la política que en el discurso final de un candidato derrotado o en la renuncia de un funcionario se evidencian valores y conceptos morales, se agradece a quienes lo acompañaron y se resaltan acciones sobre el bien común.

No sucedió en esta oportunidad, donde hasta ahora solo el ex ministro presentó la renuncia, con declaraciones que intentan culpar a una secretaria de su propio equipo y nuevamente apelando a falsedades sobre la gestión anterior, como si eso disculpara las calamidades de gestión y el desprestigio del Ministerio de Salud que se instaló en la sociedad.

Desde el comienzo de la pandemia en nuestro país, el ministerio equivocó las declaraciones, los pronósticos, las estrategias y la falta de un consejo multidisciplinario que hiciera frente a la pandemia con idoneidad y sin improvisaciones.

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Este final no es más que el corolario de una mala gestión en el Ministerio de Salud que involucra a todo el equipo de Salud de la nación. Es imposible entender que las acciones que llevaron a generar un vacunatorio con privilegios dentro y fuera de este ministerio estén limitadas al despacho del ministro y a la acción de una secretaria que asumió responsabilidades que no eran de su competencia. Las vacunas debían estar en los registros y ser autorizadas por el área de inmunización, que depende de una estructura con autoridades políticas de Salud. Si esto sucedió como dice el relato oficial, el ministerio funcionaba sin coordinación entre los equipos justamente en el momento en que el país necesitaba rectoría y liderazgo en salud.

Se disculpa refiriendo que esta gestión se ocupó de subsanar los errores del gobierno anterior, apelando a sofismas, que fácilmente son advertidos con análisis mínimos de la información que se encuentra en las auditorías del ministerio. Cuando asume el gobierno anterior, en 2016, se recibió stock 0 (cero) en más del 30% de los medicamentos, reactivos e insumos sensibles, sin licitaciones iniciadas, que el ministerio debía proveer a las provincias, por ejemplo el tratamiento para la tuberculosis.

Refiere el ex ministro que debido a la mala gestión del gobierno anterior en Salud se había producido un brote de sarampión, ocultando que se originó en Europa y tanto en este continente como en Estados Unidos tuvieron el brote más importante de los últimos 25 años, un tema mundial que el ex ministro intenta incorporar a la discusión política partidaria, justamente cuando pedimos que los temas de salud sean tratados con evidencia científica.

Reconocer el fracaso de la política sanitaria, las equivocaciones en las estrategias de la lucha contra la pandemia como la tan prolongada cuarentena, que no disminuyó los contagios ni la mortalidad pero que arrasó con la economía y con derechos humanos e individuales, la falta de idoneidad y transparencia en la compra de vacunas, siendo que hoy el país se encuentra con el menor porcentaje de población vacunada con respecto a nuestros países vecinos.

Renovar totalmente la gestión sería un claro mensaje a la sociedad sobre la necesidad de construir un ministerio idóneo y convocante donde todos los actores del sector sientan el compromiso de apoyar.

El espacio político que gobierna tiene expertos, ex ministros con experiencias previas de gestión sanitaria y respeto de sus pares que pueden convocar a diferentes opiniones sanitarias y lograr consensos en este momento tan difícil que está atravesando la humanidad.

Esta nueva crisis producida ahora por un hecho de corrupción nos deja un Ministerio de Salud desprestigiado y sin rectoría.

Los actores del área de Salud debemos hacer nuestros aportes para recuperar el organismo imprescindible de la organización sanitaria del país, aun más, recuperar funciones que este ministerio ha perdido. Un esfuerzo conjunto de las fuerzas políticas, los gremios, las sociedades científicas y académicas y la población para desvincular las acciones de salud del debate político partidario y preservarla en el ámbito de las políticas de salud.

Debe señalarse con insistencia que la generación de políticas de Estado es indispensable para una reforma de Salud que trascienda el tiempo de un gobierno, pues los resultados que se producen requieren de períodos largos y no se logran en una sola administración.

*Ex Secretario de Salud del Ministerio de Salud de la Nación. Ex Presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología.