No es el momento de forjar la receta completa para la vida, porque esto que vivimos no es normal, pero a la vez es un momento para aprender lecciones de esta experiencia, hay que ser flexibles y razonables. Lo que pasará en nuestro futuro, estará determinado, por la naturaleza de nuestras vulnerabilidades.
Es urgente que trabajames con nuestros sujetos de aprendizaje, tenemos miles de preguntas, si no les prestamos atención y no las estudiamos es muy probable que respondamos a las apuradas, de una manera indigna de nuestra capacidad de reflexión.
No es solo volver a las escuelas o a la Universidad, porque a pesar de toda la adversidad, continuaron yendo, pero seguro fue bajo otro formato.
Un cambio ya existencial, es que las instituciones, vencieron sus muros y ya no son estructuras edilicias físicas,todo se vió modificado, el comedor de la casa paso a ser la oficina, el cuarto se transformó en aula, el baño en la peluquería, la cocina pasó a ser el restaurante más sofisticado, todo se transformó, lo que permaneció es el intento por trascender las fronteras físicas.
Un cambio ya existencial, es que las instituciones, vencieron sus muros y ya no son estructuras edilicias físicas.
Una nueva misión para la docencia
El lado luminoso de la experiencia tenebrosa de la pandemia fue redescubrir el placer de estar con otros y la falta de encuentro que dejo desvelado el aislamiento.
Según el Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más de 1000 escuelas, entre privadas y públicas de los 3 niveles de educación, ya cuentan con la habilitación para que sus aprendices estén en las aulas físicas.
Es fundamental, entender que no solo hablamos de una pandemia a nivel viral, si no también es una pandemia educativa, la escuela, instituto, universidad, dejó de ser la institución encerrada entre sus paredes, si no que se expandió, llegó y entró a las casas, de cada sujeto, tranformando totalmente su concepción de aula, y es así que los sujetos de aprendizaje ya no volverán a ser los mismos.
Todo esto también implicó una versatilidad de parte de estudiantes y docentes, para estar todos lo más cómodos y a gusto posible con estas nuevas modalidades, las clases, los encuentros sincrónicos o no, los horarios establecidos, fueron modificándose y adaptándose, ya que la vida de todos se vio avasallada por todos estos aspectos que implicaban poca rutina, desorden, etc.
Lo virtual reemplazó por completo lo presencial físico, que si bien es valorable en tanto único recurso con el exterior, no abarca ni suplanta las genuinas necesidades de la niñez,de la adolescencia o de la juventud, de contacto, de afecto y de vivencias entre amigos, amores, vínculos ocasionales, que solo pueden experimentar afuera y con otros.
Lo virtual reemplazó por completo lo presencial físico, que si bien es valorable en tanto único recurso con el exterior, no abarca ni suplanta las genuinas necesidades de la niñez,de la adolescencia o de la juventud.
La internalización como pilar de la docencia académica
El grupo cumple la función de alojar, proteger, acompañar, compartir vivencias. Son referentes identificatorios. En el caso particular de los jóvenes, la angustia esperable, constituida de temores e incertidumbre sobre su devenir adolescente, en este contexto, en muchos casos se puede trastocar en angustia mortífera dada por el ahogo del encierro, por la caída de los momentos planificados y los sueños suspendidos, por la imposibilidad de pasajes, ritos y transiciones que necesitan ser vividos, y sobre todo por preguntas sobre un futuro no elaborado para el que no encuentran respuesta inmediata.
El objetivo de nuestra tarea como universidad, es plantearnos como los vamos a recibir, a aquellos jóvenes que cierran su secundaria, de una manera tan atípica, debemos articular con la continuidad de sus estudios, es por ello que surge la imperiosa necesidad de considerarlos y visibilizarlos. Darles la palabra, que puedan expresar lo que sienten y piensan, que sus voces sean escuchadas y puedan escucharse, para reconocerse en otras voces, en distintos espacios y así junto a ellos construir miradas y perspectivas que los contengan y les den sostén en este tiempo por demás complejo, que inició con la pandemia y que seguirá más allá de ella. Consideramos que como adultos desde distintos roles, padres, profesores, profesionales de la salud, estamos obligados a acompañarlos, posibilitando distintos espacios de escucha, con intervenciones que faciliten y habiliten la constitución subjetivante en épocas donde prevalece la desubjetivación, el aislamiento y la incertidumbre.
Seguro impactará en la educación, habrá momentos que lo presencial físico es insustituible, pero habrá otros que la virtualidad será posible, horarios determinados, materias especiales, actividades especiales, es re pensar la agenda, es re contruir la planificación de la enseñanza, seguro todo se cambiar.
*Decana de la Fac. de Psicología y Psicopedagogía Usal.