OPINIóN

Eficiencia energética, un bien ambiental y económico

Mientras en el mundo no se deja de hablar sobre el coronavirus y el impacto negativo que está teniendo en la economía, en simultáneo la Unión Europea no deja de ocuparse de la eficiencia energética.

Edificio sustentable vivienda arquitectos
Construcción | Borko Manigoda / Pixabay

Mientras en el mundo no se deja de hablar sobre el coronavirus y el impacto negativo que está teniendo en la economía, en simultáneo la Unión Europea no deja de ocuparse de la eficiencia energética.

Allí, ya entró en vigor la nueva norma para regular la eficiencia energética en los edificios. Esto tiene varios objetivos: primero le da un alivio a los ciudadanos en cuanto a la presión del costo de sus tarifas, pero también apunta a que se puedan construir viviendas más saludables. Esto último, además, cobra mayor valor ahora que sabemos lo que es vivir una pandemia.

Según esta normativa, para 2050 los edificios del “viejo continente” deberían estar ya descarbonizados. ¿Por qué este plazo? Es que el sector de la construcción en la Unión Europea es el mayor consumo de energía individual, y es el responsable del 36% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de la eurozona.

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La construcción sustentable puede ayudar a frenar el cambio climático

Está claro que hoy la economía se encuentra en suspenso, pero los especialistas esperan que apenas se pueda volver a generar una actividad más parecida a lo que teníamos antes de la aparición del Covid-19, estas nuevas reglas serán la base para la creación de empleo. Ni hablar de cómo ayudará a bajar el consumo de energía no solo para cuidar el medio ambiente, sino también para poder destinarla a las industrias que habrá que recuperar.

Argentina debería imitar a esta mirada europea, pues nuestra realidad no dista tanto de la que se vive el otro lado del Atlántico. Nosotros le dedicamos un 33% de la energía del país a la climatización de los edificios, ya sea para calefaccionarlos o para enfriarlos. Este porcentaje es mayor que lo que usa el transporte.

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Estos números son fácilmente palpables al ver la cantidad de calefactores y aires acondicionados que se venden por año. Millones de personas invierten en equipos electrónicos cuando podrían tener ambientes climatizados simplemente por el buen uso de las herramientas de la arquitectura, como las terrazas verdes o la orientación de los espacios.

Por esto es preciso avanzar en la Argentina con un etiquetado de eficiencia energética y también con una ley que tome en cuenta toda la industria de la construcción de modo integral. ¿Por qué decimos esto? Porque, por ejemplo, hasta el momento en el país no se toma en cuenta el ahorro energético que se obtiene al realizar mejoras bioclimáticas en los edificios.

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Con una normativa será posible establecer, también, beneficios para quienes se adecuen a estas necesidades constructivas y para generar ciudades más saludables y amigables con el medio ambiente.

 

* Director de QE2 Construcciones SRL.