El 10 del mes hebreo de Tishrí (este año 2023, desde la noche del domingo 24 de septiembre hasta la noche del lunes 25 de septiembre), los judíos conmemoramos Iom Kipur, el día más sagrado y emblemático de nuestra tradición. Es un día de ayuno e introspección, en el que el ser humano se reconcilia consigo mismo, con Dios y con él prójimo.
Las personas estamos compuestas de cuerpo y alma. Ya que el cuerpo es material, es mucho más palpable y fácil de percibir: Al vernos en el espejo, vemos un cuerpo. El alma no se ve ni se toca ni se huele porque es inmaterial. Eso nos lleva a creer erróneamente que el cuerpo es más real que el alma.
Debido a la rutina, el cuerpo adquiere en nuestra vida mayor preponderancia que el alma: dedicamos demasiado tiempo a cuestiones superficiales y nos olvidamos de los asuntos espirituales. A veces llegamos al punto de banalizar incluso los asuntos espirituales, considerando a los ritos religiosos como conjuros de la buena suerte o formas de ganar algo de dinero, fama o poder.
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Para contrarrestar esas tendencias, Dios nos convoca a que dediquemos un día a lo espiritual: ayunar, no dedicarse al cuerpo, apartarse de los placeres físicos. De esta manera, recordamos que no somos solo cuerpo sino que también somos alma. Así, recuperamos el equilibrio y nos reconciliamos con todo nuestro ser, tanto el cuerpo como el alma.
Iom Kipur: armonía entre cuerpo y alma
Dios creó al ser humano como un ser íntegro: cuerpo y alma deberían funcionar en armonía. Si ello no ocurre, se genera un decaimiento en el individuo y una decadencia en la sociedad. Si alguien desatiende al espíritu, se siente vacío; si desatiende al cuerpo, también. La combinación entre los dos aspectos del ser humano es lo que lleva a una vida en paz.
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Esa armonía entre cuerpo y alma es posible cuando se medita, se reconcilia el cuerpo y el alma y se pide perdón. Dios perdona ya que Dios es el espíritu, que nos perdona haber desatendido. Dios, que representa el espíritu, comprende la desatención, pero nos convoca a que de ahora en adelante lo tengamos más en cuenta.
De esa manera, cuando nos vemos a nosotros mismos como cuerpo y alma en vez de solo materia, vamos a estar mejor nosotros y seremos más beneficiosos para la sociedad.
Ese es el secreto del perdón de Dios en Iom Kipur.
