Es un lugar común que la Argentina ha sido un refugio para criminales de la Alemania nazi debido a que sectores influyentes en el país adherían en buena medida a la ideología del régimen liderado por Adolf Hitler.
Que la Argentina fue refugio para nazis luego de la guerra puede demostrarse con datos. Eso no significa que fuera el único país que los aceptara. Otros países también lo hicieron.
En cuanto al segundo punto, que el nazismo alemán tuviera una adhesión significativa en la vida pública argentina antes de la Segunda Guerra Mundial, es una afirmación cuestionable.
Para sostener esta fuerte presencia nazi en la Argentina, últimamente se apela a imágenes del acto del Luna Park del 10 de abril de 1938 destinado a celebrar la anexión (Anschluss) de Austria por parte de Alemania. Un lugar típico de Buenos Aires poblado con banderas nazis y una enorme esvástica del Deutsche Arbeitsfront (Frente Alemán del Trabajo) como gran escenografía ayuda a distorsionar bastante la interpretación de los hechos.
En primer lugar, el acto fue promovido por la embajada alemana en la Argentina. Fue un acto oficial del Estado alemán bajo el régimen de Hitler destinado a la comunidad argentino-alemana. Si se ven los videos y las fotografías con detenimiento, se observará que los letreros están en alemán. Las banderas con las esvásticas están allí porque desde 1933 la bandera del nacionalsocialismo se convirtió en bandera oficial del Estado.
Ramón Carrillo no era nazi, pero uno de sus asesores sí
Sin embargo, este acto impactante fue más un signo de debilidad que de fortaleza. Los nazis alemanes no solamente tenían problemas para tener llegada a los políticos argentinos, ya que los lobbies británico y estadounidense eran más poderosos, sino que también no terminaban de doblegar al sector antinazi de la propia comunidad alemana en la Argentina.
La oposición de grupos de la comunidad germano-parlante al nazismo tenía su centro en el diario Argentinisches Tageblatt, propiedad de la familia Alemann. El colegio Pestalozzi fundado por Ernesto Alemann, así como clubes y organizaciones de raigambre socialista y comunista, tuvieron destacada actividad en la Argentina como focos de resistencia. Asimismo, el Frente Negro (Schwarze Front), que reunía a los ex nazis expulsados y perseguidos por el régimen de Adolf Hitler, tuvo una sede muy importante en Buenos Aires. Desde allí se sumó a la oposición, en particular luego del asesinato en 1934 del líder de las SA, Ernst Roehm.
Los datos duros ayudan a mostrar la dificultad de los nazis en la Argentina para controlar a la propia comunidad alemana. La rama del partido nazi local (Landesgruppe Argentinien) tenía menor grado de penetración comparada con sus pares de Brasil y Chile.
La rama del partido nazi local (Landesgruppe Argentinien) tenía menor grado de penetración comparada con sus pares de Brasil y Chile
Según datos publicados en 1939, los miembros del partido nazi en la Argentina (Parteigenossen) ascendían a un total de 1.560 miembros, frente a los 3.100 de Brasil y los 1.005 de Chile. El porcentaje de afiliados con relación a la cantidad de miembros de la comunidad alemana en la Argentina (Volksdeutsche) ascendía a 2,4. En Brasil ese porcentaje era de 3,3 (el país tenía un total de 700 mil alemanes frente a los 200 mil en la Argentina), mientras que en Chile era de 11,1 (la comunidad alemana sumaba 30.000 miembros en el país).
En América Latina, el grado de penetración de la rama argentina del nazismo sólo superaba a Haití (1,3%) y estaba por debajo de otros vecinos como Paraguay (6,4%) y Uruguay (7,1%). Los datos se fundan en archivos oficiales y fueron publicados por el investigador Arnold Ebel en su libro Das Dritte Reich und Argentinien – Die diplomatischen Beziehungen unter besonderer Berücksichtigung der Handelspolitik (1933-1939) (El Tercer Reich y la Argentina – Las relaciones diplomáticas bajo las consideraciones particulares de la política comercial (1933-1939).
Para ir al llano: la Argentina no fue un país nazi ni estuvo bajo la órbita del nacionalsocialismo alemán.