OPINIóN
Dictadores creativos

La enorme sensibilidad artística de la dinastía Kim

Corea del Norte puede ser un estado-paria y empobrecido, sus ciudadanos oprimidos, hambreados y torturados por un clan familiar despiadado. Pero detrás de esa crueldad dinástica, en el fondo de los corazones de los Kim palpita un tierno amor por las artes.

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Comunismo hereditario. Kim Il-Sung, Kim Jong-Il y Kim Jong-Un, los líderes que controlan férreamente el país desde su origen, pero también con sentido estético. | afp

Corea del Norte ha estado en las noticias recientemente, y no por su programa nuclear. Más bien, debido a una nueva legislación que penaliza severamente a quienes vean o escuchen música, películas y series extranjeras. Según informó Imma Bonet en El País (España) también se castiga a aquellos en posesión de teléfonos celulares, televisores, radios y computadoras no registrados. Quedan expuestos a la pena de muerte quienes contrabandeen material “ilegal”. Si algún norcoreano cantase, escribiese o hablase “en estilo surcoreano” podría ser condenado a dos años de trabajo forzado. Suena brutal. Pero hay que entender que Kim Jong-un debe resguardar el rico legado cultural de sus antepasados, y el suyo propio. Su padre, su abuelo y él mismo han sido artistas y pensadores, a su modo, y el actual tirano de Pyongyang no puede permitir que sus creaciones maravillosas se vean ensombrecidas por la influencia perniciosa del K-pop surcoreano.

Literatura y dramaturgia. La dinastía de los Kim tuvo un inicio auspicioso en la literatura y la dramaturgia, y logró la consagración en las sucesivas generaciones. Kim Il-sung fue el padre fundador de Corea del Norte, “el primer estado comunista hereditario que alguna vez haya existido en la historia de la humanidad”, según la docente de la Universidad de California en Santa Bárbara, Suk-Young Kim. Él integró la guerrilla coreana anti-japonesa en Manchuria y su banda estaba conformada “por los menos educados de las facciones comunistas y los menos involucrados en asuntos culturales”, según un biógrafo. 

Aun así, tras el establecimiento de Corea del Norte, el joven luchador se transformó en una luminaria de las letras y las artes, cuyo legado es todavía reverenciado por las masas. 

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Se le atribuyen tratados sobre literatura y óperas, destacándose especialmente Mar de sangre, una ópera de vanguardia. Cuenta la historia de una familia cuyo padre es secuestrado por las fuerzas coloniales japonesas, la victoria final de la familia sobre los opresores y el advenimiento de una revolución comunista. 

La trama es un espejo de su biografía oficial: su padre fue apresado por los japoneses, él se unió a la resistencia y terminó estableciendo una nación comunista. Encargó la escritura de sus memorias a un grupo de propagandistas, quienes terminaron produciendo un relato bastante ficticio de su vida, titulado Con el siglo.

La semilla. No obstante, la contribución más notable a la cultura coreana fue su “teoría de la semilla”, la cual fue publicada inicialmente en 1972 en el Diccionario de Arte y Literatura de Corea. Según explica la Asociación Coreana de Crítica Literaria:

“Expresado con simpleza, la semilla constituye el núcleo del arte y determina su valor esencial […] La teoría de la semilla no está meramente limitada a algunos aspectos de la creación, tales como tema, ideología o material. Determina todo el proceso creativo […] El criterio más importante para seleccionar la semilla correcta es examinar qué tan verdaderamente refiere a las ideas [e] instrucciones de Kim-Il sung y a las medidas políticas del partido, las cuales son la realización de las ideas de Kim”. 

El periodista inglés especializado en literatura producida por dictadores Daniel Kalder, señala que su hijo Kim Jong-il heredó la veta artística de su progenitor, la cual se cristalizó en libretos de óperas, guiones de películas y libros. Su discurso ante el Partido Comunista en 1991 fue publicado como Nuestro socialismo centrado en las masas no perecerá. Sus cuarenta y seis páginas de extensión dan cuenta de que habrá sido un discurso largo. Su don creativo puede verse también en la nomenclatura: al Departamento de Agitación y Propaganda lo rebautizó como Departamento Literario y Artístico. El volumen I de sus Obras Seleccionadas contiene capítulos muy interesantes tales como Sobre mejorar el trabajo de la Liga Juvenil para cumplir los requisitos de la situación en desarrollo, La estructura de trabajos multipartidarios y el problema del flujo dramático y Acerca de terminar la película La familia de Choe Hak Sin y hacerla una obra maestra que contribuya a la educación anti-estadounidense. 

También publicó Sobre el arte de la ópera y oficialmente se informó que escribió más de treinta libros sobre arte y estética. Uno de sus libros lidia con el ejercicio del periodismo, en un país donde no existe la prensa independiente. Se titula humildemente Kim Jong-il, el gran maestro de periodistas.

Cine. Pero donde el nuevo líder norcoreano se destacó fue en el rubro cinematográfico. No tanto por su talento, sino por haber hecho historia al secuestrar a un encumbrado director de cine surcoreano y a su ex esposa para forzarlos a elevar la calidad del cine de su país. El resultado fue cerca de una docena y media de filmes, entre ellos uno de acción y fantasía basado en la leyenda del monstruo Pulgasari, título de la cinta. El director Shin Sang-ok y la actriz y ex esposa Choi Eun-hee lograron fugarse a Estados Unidos unos años más tarde. 

Se atribuye también al líder norcoreano el guion adaptado de la ópera de su padre Mar de sangre y de La chica de la flor, película que obtuvo el “premio especial” en el festival de cine de Karlovy Vary en Checoslovaquia en 1972. 

Además, Kim Jong-il meditó sobre la cinematografía en su obra Sobre el arte del cine, que contiene consejos profundos y perdurables como éste: “las imágenes de la película deben verse bien en la pantalla”.

Su hijo Kim Jong-un no parece haber heredado el amor paterno por el séptimo arte; no especialmente tras la llegada a las salas de cine de La entrevista, comedia ficcional norteamericana del 2014 dirigida por Seth Rogen, cuyo argumento se centra en una ridícula operación de la CIA para asesinarlo. 

Escribió al menos dos libros, La causa del gran partido de los camaradas Kim Il-sung y Kim Jong-il es siempre victoriosa y Aceleremos la victoria final por medio de la ofensiva ideológica revolucionaria. Con esos títulos convocantes, han de haber sido un éxito de ventas en Pyongyang. Para no decepcionar a sus fanáticos, en diciembre del año pasado la editorial oficial publicó una biografía del líder de 621 páginas titulada El gran hombre y la era de la nación poderosa.   

Corea del Norte puede ser un estado-paria y empobrecido, sus ciudadanos oprimidos, hambreados y torturados por un clan familiar famosamente despiadado. Pero detrás de esa crueldad dinástica, en el fondo de los corazones de los Kim palpita un tierno amor por las artes; norcoreanas exclusivamente y propagandísticas esencialmente, pero artes al fin.

*Profesor en la carrera de relaciones internacionales en la Universidad de Palermo.