OPINIóN
¿Pragmatismo o doctrina?

La noción de cambio “radical” a todo o nada que los votantes de Juntos por el Cambio apoyan en Milei

El votante de JxC está en un momento donde es capaz de renunciar a todo con tal de que no vuelva el kirchnerismo al poder.

Macri y Bullrich
Macri y Bullrich | Prensa PRO

En un recomendable artículo, el politólogo Martín D´Alessandro trae a la luz un fenómeno particular de los votantes de Juntos por el Cambio. En sus palabras: “Muchos votantes tradicionales de Juntos por el Cambio están apoyando el cambio que propone Javier Milei, tanto en sus contenidos como en la urgencia que exige el presidente. Aceptan que si no es de esa forma, nada podrá mejorar en un país efectivamente lleno de trabas y corrupción. Lo que llama la atención es que este electorado, que ha resistido durante cuatro lustros los intentos de concentración del poder y los impulsos antidemocráticos del kirchnerismo, ahora esté dispuesto a permitirlos para el caso de Milei".

A partir de aquí me permito reflexionar en torno a dos ideas: republicanismo y cambio. El primero no deja de ser curioso por su llamativa defensa por parte del kirchnerismo, que de golpe y porrazo recordó que había algo que se llamaba Constitución.

Javier Milei participó del acto por las víctimas del Holocausto y ratificó que fortalecerá el vínculo con Israel
 

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Pero lo llamativo, como bien nos advierte D´Alessandro es la tolerancia de los votantes que tradicionalmente apelaron al republicanismo. Y aquí introduzco la noción de cambio “radical” a todo o nada. ¿Qué es un cambió de tal envergadura? 

Pues bien, una posible explicación tiene que ver con el clivaje kirchenerismo / no kirchenerismo el cual mantendría en líneas generales el electorado pero cambian los actores fundamentales de la representación, más que nada del segundo grupo.

Como es sabido, Juntos por el Cambio está más separado que unido. Y el leit motiv de su ruptura fue Javier Milei. Por varios motivos puede verse que se trata de un fenómeno nuevo, en construcción, donde no sabemos sus alcances. Algunas de las razones de mi idea:

  • Es profundamente anti kirchenerista pero también anti radical y anti peronista (la “casta”). El Pro, por el momento, se salvó por el acuerdo que mantuvo con Patricia Bulrrich y Mauricio Macri. 
  • Quiere un cambio revolucionario (a todo o nada) pero con recetas populistas, como darle la espalda al Congreso en su discurso inaugural, exigir facultades legislativas para todo su mandato (finalmente quedaron en dos años), la dificultad de construir consensos con los amplios sectores opositores.
  • El fenómeno Milei trajo mucha juventud justamente a un sector que le costó mucho llegar a los jóvenes. 
  • El fenómeno Milei, así como el caso de Donald Trump, tiene un particular manejo ( y fuerte apoyo) de las redes sociales que lo hace chocar con las instituciones tradicionales. 
  • El discurso ideológico de Milei planteó un Estado mínimo que hasta el momento ninguno de los partidos integrantes de Juntos por el Cambio enfrentó, que por su parte tiene un consenso de hablar de Estado Eficiente para enfrentar al Estado populista.
  • Aún así, el hecho fundamental, a mi  humilde entender, se trata de que el votante de JxC está en un momento donde es capaz de renunciar a todo con tal de que no vuelva el kircherismo al poder. Por eso es llamativa la presencia de dirigentes históricos del radicalismo como Federico Storani o Juan Manuel Casella en una marcha de la CGT, la misma que le hizo los 13 paros a Alfonsín.

Esta nueva configuración política se va asemejando cada vez más a una “ensalada” de ideas y posturas. Pero, lo que al momento sí muestra solidez es la percepción del votante. Insisto con la idea de que el votante no kirchnerista está dispuesto a renunciar o aminorar sus principios republicanos con tal de que el kirchenerismo no vuelva al poder. 

Y esta lectura debe ser interpretada por los bloques opositores en momentos cruciales en torno al debate de la Ley Ómnibus que se viene. Sería importante que algunos sectores busquen aggiornar su postura, porque caso contrario pueden chocar contras las exigencias de una sociedad cada vez más cansada de las malas decisiones políticas.

¿Pragmatismo o doctrina? 


*Lic. Nicolás Cereijo, profesor de Ciencia Política en la UBA
@NCereijo