"¿Por qué Lactancia y Disidencia forman un sólo concepto?”, una pregunta que puede ser disparadora para comenzar a desentrañar este juego de palabras que cobran un sentido político, social y cultural coyuntural.
La lactancia humana está exenta de los cambios culturales que deberíamos permitirnos hacer como especie que está continuamente en movimiento y transformación. La lactancia, además de ser un hecho biológico, fisiológico y necesario para la supervivencia, es un suceso cultural.
En Argentina grandes movimientos, agrupaciones y organizaciones han puesto en agenda la vulneración de los derechos humanos y el reclamo por una vida digna, convirtiendo esas luchas en leyes de avanzada y derechos conquistados con muchísimo esfuerzo y muchas vidas perdidas en el camino.
Cuando hablamos de ¨disidencias¨, nos referimos a personas que sienten atracción sexo-afectiva hacia personas del mismo género, o hacia todas las personas sin importar el género. Pueden ser diversas identidades de género, personas no binarias, personas trans, travestis o las personas intersex, entre algunas de las muchas categorías o variantes que el ser humano podría tener.
Lactancia materna: una mirada no sesgada
¿Entonces por qué Lactancia Disidente? Porque en el imaginario colectivo, la única posibilidad viable de lactancia es la ¨materna¨ y esto debería cambiar. Resulta que hay papás que amamantan, por ejemplo, varones trans que gestaron y luego decidieron llevar adelante la alimentación de su(s) hijo(s) al pecho o una persona no binaria que no se siente a gusto utilizando esa definición.
"La única posibilidad viable de lactancia es la ¨materna¨ y esto debería cambiar"
Entender que no sólo las mujeres gestan, paren y amamantan lleva un tiempo, pero en efecto ese es el tiempo que las personas que están por fuera de la norma no tienen para esperar. En el medio están sus vidas y la de sus hijos, que tienen el mismo derecho que todos.
Seguir hablando de Lactancia ¨materna¨ resulta un concepto arcaico. ¿Quién nombra la lactancia paterna? ¿Quién acompaña una lactancia que no está dentro de lo considerado como ¨la norma¨? ¿Dónde busca información o herramientas un papá gestante que quiere tomar una decisión informada y soberana sobre su cuerpo y la alimentación o crianza de su(s) hijo(s)? ¿O que la inducción a la lactancia puede ser llevada a cabo por una mujer trans?
No se trata de imponer mandatos, sino de que tengan las mismas oportunidades todas las personas. Este cambio de palabras que propongo no sólo tiene la intención de dejar de sesgar este acontecimiento fisiológico del ser humano, sino que además intenta cuestionar un sistema, un modelo político y social que pide a gritos virar, tomar otro rumbo, abrazar la incomodidad y tener la valentía de hacer algo diferente, porque los resultados están a la vista, nada nuevo surge moviendo una y otra vez las mismas fichas del tablero.
La Lactancia Humana nos atraviesa a todos como comunidad. Podemos pensar pequeños cambios que hagan de este mundo un lugar más amoroso para todes.
