OPINIóN
Análisis

Las dos películas de una misma moneda

Dos producciones cinematográficas muestran los caminos alternativos que pueden suscitarse en los conflictos militares internos. ¿Cuál se eligió en el Proceso Militar? Y el estado de las Fuerzas Armadas hoy.

“La battaglia di Algeri”
Dos películas de una misma moneda: “La batalla de Argel” versus “Consejo de Guerra”. | “La battaglia di Algeri”

Muchas veces la buena literatura y, aún, el buen cine son mejores analistas de la realidad que  muchos tratados científicos. Especialmente, cuando se trata de juzgar realidades complejas como  son la de los conflictos armados internos

En este caso se trata de dos películas viejas. Ambas famosas y galardonadas en su momento, pero  con un mensaje contradictorio y hasta opuesto. Por un lado, tenemos a la producción italo-argelina de 1966, “La batalla de Argel” (“La battaglia di Algeri”) y que es una película que trata de la guerra de Independencia de Argelia. Fue dirigida por Gillo Pontecorvo, quien cuenta la historia de las peripecias de Ali La Pointe (Brahim Hadjadj), un ladronzuelo analfabeto con un largo historial delictivo, que malvive en las calles de Argel. Tras ser detenido por los paracaidistas del Ejército francés, contempla desde la ventana de su celda la ejecución de un preso vinculado al nacionalismo argelino. Este hecho le hace tomar conciencia de la opresión colonial francesa sobre su Patria y decide enrolarse tras su fuga, en el Frente de Liberación Nacional. 

La battaglia di Algeri
"La battaglia di Algeri".

La película, en su relato, abunda en los excesos cometidos por la fuerza militares francesas que  apelan a la tortura y a las ejecuciones sumarias para detener la sedición destinada a lograr la  independencia. Los que en un principio, se revelan como muy eficientes y logran, por ejemplo, romper la huelga revolucionaria organizada por los rebeldes. 

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Por otro lado, tenemos a “Consejo de Guerra” (“Breaker Morant”) que es una película australiana de 1980, dirigida por Bruce Beresford. La que trata sobre el consejo de guerra de 1902 conducido contra tres tenientes australianos, al servicio del ejército británico durante la Segunda Guerra Anglo-Boer, por el asesinato de 6 rebeldes boer y de un sacerdote alemán. La película se destaca por su exploración de las atrocidades en tiempos de guerra y que pueden ser cometidas por personas que parecen ser bastante normales. Muestra la paradoja en la que quedan encerrados los mandos bajos de un ejército cuando se les ordena ganar a cualquier costo y al margen de las leyes de la guerra.  

“Breaker Morant”
“Breaker Morant”.

Por supuesto que ambas películas despliegan entre líneas un mensaje político. Mientras que “La  Batalla de Argel” reconocía que la tortura y la muerte de civiles estaba entre las reglas de juego no  escritas de los conflictos armados internos; “Consejo de Guerra” es terminante con su mensaje de que todo exceso se paga, aunque quienes los cobren sean unos burócratas hipócritas y que hubieran  incitado a cometerlos. 

 

El Proceso Militar y las Fuerzas Armadas hoy

Lamentablemente, para la suerte de las armas argentinas, parece ser que los generales del Proceso Militar vieron y se inspiraron en la primera de ellas y no vieron o se olvidaron de las lecciones de la segunda.  

De hecho, por aquellos años, la denominada “Doctrina Francesa” usada tanto en Argelia como en  Indochina por las fuerzas militares francesas para reprimir sendas guerras por la independencia, fue el modelo adoptado por la conducción de las FFAA argentinas para luchar contra las organizaciones armadas en la década de los años 70. Caracterizada por las acciones militares al margen o fuera de la ley en las que se privilegiaba una cierta operatividad por sobre el uso de instrumentos legales considerados muy lentos o inviables.  

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Todos conocemos el resultado de tales falsas asunciones. Una realidad, que con sus limitaciones,  ha sido planteada por otra película. En este caso por la argentina “1985”. 

Sin embargo, hoy son varias las voces que se alzan -seguramente con cierta razón- para emplear a  las FFAA, tanto en la represión del narcotráfico como en cuestiones vinculadas a nuestra seguridad  interior como sería el caso de la mal llamada cuestión mapuche. Al respecto, valgan las siguientes  precisiones: 

Primero: El plexo legal que contempla esta acciones, vale decir el de las áreas de Defensa, la Seguridad  y la Inteligencia es contradictorio; ya que: 

● Para la Ley de Defensa el empleo de las fuerzas militares en cuestiones de seguridad interior es un medio vedado y sólo admite hacerlo cuando las fuerzas de seguridad están superadas y previa declaración o aprobación si lo hiciera el poder ejecutivo del estado de sitio por parte del Senado de la Nación.  

● Por su parte, la Ley de Seguridad Interior permite que las FFAA realicen operaciones de apoyo y logísticas a las fuerzas de seguridad y policiales en tiempos de paz y sin la necesidad de declarar el estado de sitio. 

● Ambas leyes prohíben que las FFAA se adiestren o se equipen para tareas de seguridad interior.  

● La Ley de Inteligencia excluye, taxativamente, a las FFAA de todas las actividades de inteligencia interior bajo cualquier circunstancia. 

Segundo: Como vemos el acatamiento de este marco legal vigente nos llevaría a permitir la intervención de nuestras FFAA, ante circunstancias excepcionales; pero sin el equipamiento ni el adiestramiento  ni la inteligencia para poder hacerlo en forma eficiente. Lo que se traduciría, como es lógico, en un fracaso operacional.  

Por lo que las lecciones aprendidas de nuestro pasado no pueden ser más claras al respecto. Si está  en la decisión de las autoridades electas de la República de que están dadas las condiciones para que nuestras FFAA deban ser empleadas en tareas de seguridad interior, se deben derogar las tres leyes existentes y sancionar otras nuevas y coherentes con esa finalidad. 

Es más, si esta aprobación parlamentaria para un nuevo marco legal se consiguiera; hay que avanzar en lo que se relaciona con el adiestramiento y el equipamiento de esas fuerzas. Porque una  conclusión adecuada, consistiría en citar a un viejo adagio inglés que dice que las guerras se ganan  en los preparativos.