Los avances tecnológicos y la aplicación de tecnología novedosa a la producción agrícola sorprenden continuamente. Grupo Don Mario (GDM) y Microsoft, presentaron el Programa OPTIMUS, cuyo objetivo es ayudar a los productores agrícolas en la selección de la mejor semilla para cada uno de los lotes que destina a la producción de soja. Esta presentación fue realizada en las redes por las máximas autoridades locales de cada una de las compañías.
En la explicación de Fernando López Iervasi (gerente general de Microsoft) y de Ignacio Bartolomé (GDM Seeds) se destaca que, con el aporte y trabajo de PI Data Strategy & Consulting, se están comenzando a ordenar y customizar datos provenientes de distintas fuentes, con el objetivo de aumentar la productividad y dotar al productor de herramientas de toma de decisiones que le permitan conocer mejor los lotes explotados.
A este desafiante proyecto se llega, con colaboración y complementación previa entre estos tres actores. En la presentación a la que hacemos mención, se dijo que GDM transfirió toda la información de sus programas de mejoramiento genético e I+D, a la Nube. Ahora Microsoft gestiona esa información, y ha puesto a disposición del Proyecto Optimus herramientas que ya existían: Inteligencia Artificial (IA) y Microsoft Azure.
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El gran volumen de información con el que GDM contaba, que es esencialmente información interna, resultado de su I+D, se procesa, cruza y enriquece con datos externos como suelo, clima, pronósticos y características del lote con el que se trabaja.
Pero en esta integración práctica entre Compañías líderes falta aún mencionar al destinatario final de todo el proyecto, que es el productor, dueño o arrendatario de una parcela rural, a la cual su experiencia le permitía calificar con alguna precisión limitada.
En este escenario de cambios, otra novedad tecnológica se introduce, posibilitando un eventual nuevo eslabón de colaboración: Google, o en realidad su controlante “Alphabet”, puso en marcha un proyecto de vehículo autónomo destinado al agro, para el monitoreo de cada lote y de cada planta sembrada.
El agro y su relación con la tecnología
El “Proyecto MINERAL”, que así se lo ha denominado, plantea el desarrollo, construcción y puesta en funcionamiento con confiabilidad de un “buggy–robot” que recorre las parcelas, identifica y monitorea cada una de las plantas que existen en el mismo y determina la altura, área de las hojas y tamaño de los granos, entre otros datos.
Este buggy ya ha sido probado en campos de los Estados Unidos, Sudáfrica, Canadá y Argentina. Los resultados, según se indica, han sido satisfactorios.
El autónomo de Google, que se coloca en un lote a analizar, y lo monitorea en su totalidad, sin dañar ni el suelo ni las plantas existentes en el mismo, se mueve con total independencia del hombre, recoge los datos solicitados, y los procesa o envía a donde se le indique.
La diferencia esencial en cuanto a la información que se maneja, entre el Proyecto MINERAL y el Proyecto OPTIMUS, es que, en el primero, quien explota el predio sobre el que se realizará el estudio, debe permitir el ingreso del buggy autónomo y el recorrido de sus sembradíos, para que pueda recogerse la información; mientras que, en el segundo, el semillero transfiere información propia y se la reúne y procesa con otra información pública o de acceso público y general.
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En el caso de MINERAL, el productor da acceso a un predio que explota a un vehículo autónomo y debería permitir expresamente que se recoja y procese por terceros, información de su propiedad, para luego recuperarla él.
En el caso de OPTIMUS, la información propia se traslada a la nube, se cruza con información pública, se procesa por un tercero y los resultados regresan al dueño original de la información.
Pero por hipótesis, ¿qué sucedería si se suman las utilidades y capacidades de IA de MINERAL procesando la historia de un lote productivo, con las de OPTIMUS para recomendar sembrar, en el mismo lote que el buggy recorrió la semilla que mejor se adapte, de acuerdo a los objetivos buscados por el productor? Sin duda, el resultado final sería excepcional. No hay cerebro humano que pueda llegar a brindar las respuestas de selección de semilla, siembra, cuidado y cosecha que estas dos poderosas herramientas reunidas puedan brindar.
No obstante, cuando la tecnología avance, el derecho comienza a plantear cuestiones que deberán ser resueltas: la información que MINERAL recogió, sin duda, es de propiedad del Productor. El productor debería haber autorizado la recolección y el uso de la misma. Pero en la misma línea de pensamiento, la información resultante del procesamiento de esa información en conjunto con OPTIMUS, debería ser de propiedad del Productor, o tener éste acceso ilimitado a la misma.
Nuevas tecnologías para el agro
Quien maneje la información de un lote o un área de siembra o una zona geográfica, tendrá una ventaja comparativa, que supera la mera actividad de producción, y desde luego involucra la del negocio inmobiliario. ¿Qué bróker rural y que inversión no querrá contar con esa información?
El desafío está planteado: es buena y muy enriquecedora la complementación de sistemas, plataformas y compañías, buscando el aumento del conocimiento y la mayor productividad del sector.
Pero de no administrarse correctamente los flujos de información, su propiedad y su uso, con casi total seguridad se generarán “free riders” del sistema (personas que se benefician sin hacer demasiado en relación a ese beneficio) y desequilibrios de poder dentro del sistema, dado que quien acceda a mayor información estará mejor posicionado para la toma de decisiones.
* Marcelo Loprete. Abogado (UBA) y doctor en Derecho de la Empresa (Universidad de Navarra, España). Socio del estudio NFLA & Asociados