OPINIóN
Covid 19: segunda ola

Aulas abiertas, aulas cerradas y las emociones que "suben" y "bajan"

Es importante que como adultos, estemos disponibles emocionalmente para ellos, escuchando sus dudas, preocupaciones, validando sus emociones, expresándoles que entendemos como se sienten ante esta situación y que estaremos a su lado para transitar estos nuevos cambios.

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montaña rusa | Cedoc Perfil

Con la llegada de la segunda ola de contagios en la Argentina, se generó entre otras cosas, muchas idas y vueltas en torno al ámbito de la educación, más precisamente sobre si las clases deben o no continuar, al menos por un corto tiempo, de manera presencial en las escuelas, dado que la situación epidemiológica que hoy atraviesa nuestro país es crítica. Y en el medio de este gran debate, los chicos quedaron “atrapados” en esta situación donde lo que más predominó fueron discusiones, enfrentamientos y peleas a favor y otras en contra de esta nueva medida, que lejos de transmitirles tranquilidad, les ha generado muchas dudas  y por sobre todo angustia.

Es importante tener presente, que los chicos encuentran en la escuela un espacio no solo de aprendizaje sino también de encuentros con pares y docentes, que con sus costumbres y características, posibilitan el descubrimiento de conocerse más a sí mismos, interrogarse y cultivar normas y valores que los ayudarán a crecer y ser cada día mejores personas. Por esta razón, la escuela es considerada como uno de los más importantes ámbitos de contención afectiva, de encuentros que promueven el desarrollo de habilidades emocionales y sociales que contribuyen al bienestar de todos los niños y niñas.

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Una de las áreas que más se vio afectada en sus vidas fue la socialización. Esta situación de transitar el año pasado tanto tiempo sin poder compartir un espacio en común todos los días con sus amigos, como sucede en la escuela, ha generado mucha tristeza en los niños. Ante el inicio del ciclo escolar, la mayoría de ellos demostró sus ganas e interés por volver a las clases presenciales y por sobre todo ha dado y sigue dando lo mejor de sí en estos nuevos aprendizajes que significaron  tener que adoptar nuevas medidas de cuidado y de vinculación para que ese regreso sea posible.

En todo este tiempo que llevamos de pandemia, tuvieron que reaprender no solo nuevas rutinas dentro del cuidado personal como por ejemplo el lavado frecuente de manos, el uso del alcohol en gel y del barbijo, sino también tuvieron que reaprender a vincularse de un modo diferente en cuestiones naturales para ellos/as como por ejemplo el acercamiento para jugar e interactuar con otros compañeros; demostrarles su cariño a amigos y docentes de un modo distinto y no desde el contacto físico como por ejemplo el abrazo; y por sobre todas las cosas un concepto fundamental que es la habilidad de compartir, algo que seguramente muchos padres constantemente han trabajo para transmitirles ese valor a sus hijos y hoy nos encontramos en que debemos enseñarles que por el momento no pueden compartir juguetes, pertenencias, etc.

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Si bien todos estos cambios han sido un gran desafío no solo para ellos sino también para los adultos, son los niños los que hoy se encuentran en el medio de una disputa que hoy quizás no comprenden del todo, ya que ellos desde su lugar han cumplido con todo lo que se les ha pedido. Por eso es tan importante que como adultos, estemos disponibles emocionalmente para ellos, escuchando sus dudas, preocupaciones, validando sus emociones, expresándoles que entendemos como se sienten ante esta situación y que estaremos a su lado para transitar estos nuevos cambios. En ese sentido, para explicarles esta nueva situación donde hay un aumento significativo de casos y por eso puede ser tanto ahora como más adelante que nos encontremos con nuevos medidas restrictivas, podemos utilizar la metáfora de la montaña rusa: transmitiéndoles que de la misma manera que sentimos seguramente muchas emociones y nos da por momentos temor cuando estamos arriba de la montaña rusa, sucede algo parecido cuando vivimos situaciones nuevas que implican cambios constantes, como es el tema de las clases presenciales: cuando comenzaron este año, algunos niños se habrán sentido contentos y quizás en otros momentos de ese "viaje” también un poco frustrados por no poder jugar de la misma manera en que lo hacían antes. Y ahora se encuentran quizás con tristeza o cierto temor por la situación de contagios y porque no van a poder ir por unos días a la escuela. Pero le explicaremos que del mismo modo que en la montaña rusa siempre uno viaja con un acompañante,  ellos no transitaran solos estos cambios, contarán con toda nuestra ayuda y contención.

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Esta metáfora es una posible opción, entre otras, para transmitirles a los chicos que ellos recibirán todo nuestro acompañamiento y apoyo para enfrentar estos nuevos cambios que seguramente traigan aparejados muchas emociones.

Es importante que seamos muy cautelosos al momento de explicarles las nuevas medidas que se vayan tomando, teniendo en cuenta que la información que le brindemos tiene que ser clara, sencilla y de manera lúdica para que los chicos puedan asimilarla mejor.

 


 

* Lic. María Laura Lezaeta. Psicóloga infantil. Co-fundadora de JUEGOlogía. www.psicologiadidactica.com.