OPINIóN
Femicidios y pandemia

Morir por ser mujer

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| Cedoc

La pandemia nos atraviesa mucho más que el cuidado de la salud, la distancia y el uso del barbijo. Por un lado está la realidad de las dificultades económicas que se profundizan para la mayoría y, por el otro la angustia y el desánimo que, inevitablemente, nos depara la incertidumbre sobre el futuro. La pregunta  sobre cómo sigue esto es el fantasma que nos ronda y no podemos ahuyentar.

Es en este contexto en el que los temas de género cobran una dimensión particular.

Es sabido que los  hechos de violencia contra las mujeres se incrementaron. Todas las cifras dan cuenta de esa situación. De acuerdo a distintas organizaciones se produjeron 181 femicidios desde el comienzo del año hasta el mes de agosto, de los cuales 118 se produjeron una vez iniciado el aislamiento. Además, al menos 27 casos están siendo investigados ya que son muertes violentas de mujeres pero resta saber si  se corresponden exactamente con la figura de femicidio. Estos son algunos datos del Observatorio Nacional de MuMaLá. Hay que recordar también que, en el 56% de los casos esas víctimas eran madres, por lo cual hay 193 niños, niñas o adolescentes sin madre.

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Estos datos son hasta el mes de agosto; setiembre trajo la primavera pero ningún alivio para las estadísticas sobre estos hechos.

También lo ocurrido en Jujuy durante setiembre es muy preocupante: cuatro femicidios en ese mes en la provincia. Justamente en el mes en el que, el día 8, se cumplieron treinta años del femicidio de María Soledad Morales en Catamarca. Hoy no dudamos en decir femicidio cuando hablamos de ese caso que fue un punto de inflexión y que podría leerse como el inicio de la percepción de cuestiones de género. En ese momento todavía no se utilizaba la palabra femicidio (aunque el término ya existía y se difundió desde que Diane Russell lo usó en 1976 en el Tribunal internacional de crímenes contra la mujer). Por entonces, era solo un crimen y las sospechas sobre la víctima se deslizaban cómodamente en todos los discursos.

Lo que no se nombra no existe. Hace treinta años los femicidios eran  meros crímenes pasionales que alimentaban las páginas policiales de los diarios. Hoy se designa claramente con su nombre a los asesinatos por una cuestión de género y es un delito con consecuencias legales específicas Mucho avanzamos como sociedad y mucho también nos falta.

En lo que respecta a los femicidios en Jujuy  es alarmante  no solo la cantidad sino que de acuerdo a las denuncias de familiares de las víctimas, hubo negligencia policial a la hora de tomar la denuncia. “Hay que esperar” fue la primera respuesta que recibieron en la comisaría los familiares de Cesia en Abra Pampa; “debe estar con el noviecito”, la que escuchó el padre de Iara en Palpalá. No podemos permitir este tipo de respuestas. Atrasan treinta años. “El Estado es responsable” fue una de las consignas de la marcha multitudinaria que se llevó a cabo en San Salvador exigiendo justicia y respuestas al gobierno provincial.

Ante el incremento de casos de femicidios, y denuncias por violencia de género en el contexto de la pandemia, el reclamo por un Estado presente y eficaz tiene plena vigencia como también el paso seguro de millones que trabajamos para generar cambios culturales para que nadie muera por ser mujer.

 

*Periodista y escritora.