OPINIóN
ELECCIONES EN PERÚ

“No más corrupción” y el reclamo de un capitalismo más solidario

De confirmarse la victoria de Pedro Castillo, el país se puede complicar. Sería ideal que no se perdiera lo que la economía de mercado consiguió.

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Maestro. Rural, es un candidato emergente, fuera del sistema. Un desconocido sin antecedentes conocidos en la conducción. | afp

Perú es un país pobre a pesar de ser el que más creció desde la caída del muro de Berlín en 1989 (derrota simbólica universal del comunismo iniciado en Rusia en 1917). Como el resto de América Latina en los 90, aplicó en la región los principios del denominado consenso de Washington, pero continuó en esa línea en el siglo XXI.

El modelo neoliberal lo impulsó el presidente Fujimori, que concretó el programa pro mercado de su adversario en las urnas, nada menos que Mario Vargas Llosa. Fujimori fue un “emergente”, un antisistema al régimen político imperante. Su gestión disolvió el Congreso y fue autoritaria, tecnócrata y corrupta. Destruyó a Sendero Luminoso, una guerrilla maoísta muy dañina. Los que conocen del proceso económico le atribuyen a Fujimori el éxito de esta economía con similitudes a la chilena. 

Historia. Perú había tenido un desempeño muy pobre los 15 años anteriores a la presidencia de Fujimori (1975-2000), donde reinaron el caos monetario y gobiernos populistas e ineficaces, como también el de un líder político tradicional de la magnitud de Alan García, quien terminó en un suicidio asociado a su pasado corrupto, después de haber hecho una gestión no populista bastante razonable.

El fenómeno de crecimiento 1990-2021 se concentró en Lima, mientras el interior quedó más relegado. El modelo se basó en las materias primas, principalmente lo proveniente de la minería. La inflación es muy baja, no hay riesgo país, y el Banco Central funciona muy bien, sin haber cambiado su conducción durante años. 

Sin embargo, la dinámica de la economía no fue respaldada por la ejemplaridad de los líderes de los partidos políticos. La crisis de los partidos tradicionales es evidente: varios presidentes con causas de corrupción. La hija de Fujimori disputó y perdió varias elecciones presidenciales, particularmente la segunda vuelta después de haber ganado por 40 % en la primera, contra un cuadro muy sólido que devino en corrupción, el de Pedro Pablo Kuczynski.

Que se vayan todos. La elección reciente fue muy dispersa, con varios candidatos fuera del sistema, emergentes sociales. Gana por ajustadísimo margen un dirigente sindical rural, docente, que representa al líder carismático de ese espacio Vladimir Cerrón (que no puede competir porque tiene causas penales que lo inhabilitan). Este maestro de la zona minera representa el “que se vayan todos”, quiere un Perú más equitativo, con acceso a bienes y servicios. Es conservador-tradicional-cristiano en el plano de la vida, se opone al aborto y al matrimonio igualitario. Se trata de una persona desconocida sin antecedentes de conducción.

Captó la enemistad con su contendiente, Keiko Fujimori, que tiene mucha imagen negativa pero a la vez gran popularidad especialmente en las zonas urbanas. La hija de Alberto Fujimori ha hecho una vez más una gran elección y es record en la historia de los comicios de nuestra región. Es muy llamativo que replica el virtual empate técnico de la anterior elección, asumiendo que Castillo se convertirá en Presidente, con una diferencia de 04 % de los votos, solo unos 70.000 más que Fujimori. 

Estamos ante un duro golpe a la política tradicional, que manifiesta una vez más que no alcanza con los indicadores macroeconómicos. Si bien deben diferenciarse muchos matices, la analogía con Chile es relevante. La sociedad revisa el modelo neoliberal que no asegura el bienestar suficiente. Se trata de una región que apostó fuerte por ideas liberales, pero las viene cuestionando con mayor o menor éxito en los últimos años. Es una incógnita cómo será la conducción de Castillo. Llega con escasos representantes en las cámaras por los pocos votos en la primera vuelta, lo que puede derivar en fragilidad institucional. No posee cuadros técnicos armados. Expresa cierto romanticismo en un marxismo que intelectualmente murió en los 70, aunque aspiró después a resucitar con sacerdotes de la Teología de la liberación -que justamente nació en Perú- o políticos como Hugo Chávez. 

Riesgos. Deberíamos seguir de cerca este proceso, es un antecedente tentador para otros países latinoamericanos. Se prevé una reforma de la constitución, que constituirá un desafío para los partidos políticos tradicionales. ¿Cuál será el destino político y judicial de la eterna perdedora Keiko Fujimori, que complicó mucho al Congreso con bancas fruto de su gran elección en el mandato anterior que desafiaron constantemente al Ejecutivo?

Perú es un país que definitivamente se puede complicar. Sería ideal no perder todo lo que la economía de mercado pudo conseguir. El riesgo de cuestionar globalmente al capitalismo es relevante y latente. También es fundado el temor a formas de violencia como las que hemos visto recientemente.

Para sumar complejidad al panorama, el plano sanitario es muy deficiente. Perú es un país en el podio mundial de muertos por millón de habitantes. las políticas públicas fueron erróneas para preservar la salud. Les resultará todo un desafío salir de la pandemia, reconstituir instituciones, continuar con la expansión económica, integrar socialmente a la comunidad mejorando el índice de Gini, atacar la pobreza y fortalecer la educación popular.

Queremos que a Perú le vaya bien con Castillo. Que se traduzca realidad es una incógnita. Quizás junto a Uruguay, son los países de la región que más nos estiman. Entre algunos antecedentes de muestra, Perú nos apoyó en Malvinas (recordemos a Belaunde Terry, que propuso ideas valiosas que no se pudieron concretar por la miopía de los militares del Proceso). Castillo asumirá 200 años después que San Martín selló la independencia del Perú. Junto a México, son las zonas más importantes del proyecto hispánico, líder por universidades, desarrollo de las letras e instituciones. Con un país polarizado entre la derecha y la izquierda, mucho voto independiente no tuvo alternativa que decantar por uno de estos espacios. El interior profundo minero respaldó con 80% de los votos, alzando su voz para que se revisen importantes aspectos en el sistema económico, y fundamentalmente la corrupción masiva de la cúpula política.

*Director del Área Economía IAE Business School, Universidad Austral.