Al anunciarse el Dólar-soja I en septiembre pasado, desde el CENE planteamos el interrogante: “De aquí en más, ¿quién va a liquidar divisas provenientes de la soja o de cualquier otra exportación al dólar oficial?.”
Una vez que la conducción económica admitió que el dólar oficial es insuficiente para alentar la exportación, estableciendo el dólar-soja, el dólar-Malbec, el dólar-tecno, etcétera, cada sector está a la espera de un dólar diferencial antes de concretar una exportación.
Frente al inicio de la nueva cosecha, la pregunta adquiere dramática actualidad, agravada por la terrible sequía que mermó significativamente el volumen previsto.
¿A qué nivel fijará el gobierno el dólar-soja para incentivar las ventas y recuperar parte de las divisas vendidas por el Banco Central en los tres primeros meses del año?
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Recordemos que el dólar-soja II, que estuvo vigente hasta fines de diciembre, tuvo un valor de $230 por dólar, o sea un 33% por encima del dólar oficial al momento de entrar en vigencia la norma.
Nueva cosecha, nuevas incógnitas
¿Qué pasa con el resto de los productos agropecuarios? Ya en diciembre de 2021 desde el CENE habíamos sugerido introducir un tipo de cambio diferencial para las exportaciones de los bienes y servicios que no integran la canasta de consumo, como un primer paso hacia un desdoblamiento cambiario que permitiría legalizar el mercado blue.
Remarcábamos que en la medida en que se trate de bienes y servicios que no integran la canasta de consumo tendrían un mínimo efecto sobre la inflación y alentarían un fuerte ingreso de divisas a las arcas del Banco Central.
Algo de eso parece vislumbrarse en el anuncio del ministro de Economía de extender el dólar diferencial hacia productos como el maní y otros regionales.
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Sin embargo, en la medida en que se expande la lista surge la dificultad de que algunos de los candidatos pueden tener un impacto sobre la canasta de consumo y retroalimentar la inflación.
Es el caso del anunciado dólar-Malbec y del arroz, cuya cosecha, por otra parte, no se espera sea muy abundante por efecto de la sequía.
De todas maneras, sería deseable ir avanzando hacia un régimen de cambios más simplificado que el actual.
*Director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano