OPINIóN
Columna de la Universidad Austral / Salud

Neumonía, la importancia de la vacunación

La mortalidad generada por neumococo puede disminuirse con la aplicación de un correcto esquema de vacunación.

Vacuna 28032019
Vacunas. | Bloomberg

Los grandes hechos históricos, cambios ideológicos y revoluciones industriales que determinaron los cambios de período en la historia de la humanidad suelen ser de amplio conocimiento para la sociedad. Sin embargo, cuando se trata de los descubrimientos científicos que permitieron al ser humano cambiar drásticamente su calidad y expectativa de vida, la divulgación suele ser más escasa.

En 1929, un bacteriólogo del Hospital St. Mary, de Londres, detectó por casualidad que el hongo Penicilum notatum “mataba” bacterias previamente sembradas sobre una lámina de vidrio. El hallazgo no solo le valió a Sir. Alexander Fleming el premio Nobel de Medicina en 1945 sino que, además, inició una cascada de descubrimientos en el mundo de la infectología que cambiaron la historia natural del hombre y las enfermedades bacterianas.

Pasados 90 años de tal descubrimiento, las bacterias halladas en esa lámina de vidrio aún siguen siendo responsables de una importante carga de enfermedad en el mundo, sobre todo el Streptococcus pneumonie, conocido como “neumococo”. Tanto su forma localizada (neumonía adquirida en la comunidad) como su forma diseminada (bacteriemia, meningitis, etc.) tienen una elevada mortalidad de hasta 36 muertes cada 100 mil personas, sobre todo, en aquellas poblaciones de mayor riesgo como adultos mayores de 65 años, enfermedades crónicas, como insuficiencia cardíaca y huéspedes inmunocomprometidos.

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La mortalidad generada por dicha bacteria puede disminuirse con la aplicación de un correcto esquema de vacunación, indicado en las poblaciones de riesgo mencionadas.

A pesar de su claro efecto beneficioso, la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo para Enfermedades No Transmisibles (Argentina 2013) reveló que la prevalencia de dicha vacunación es del 16.2%, mientras que el Ministerio de Salud de la Nación propone un alcance del 95%. En síntesis, en Argentina menos de 20 personas de cada 100, que deben ser vacunadas, la reciben. 

En una encuesta realizada en el año 2017 en el Hospital Universitario Austral, sobre 265 pacientes con factores de riesgo atendidos en consultorios ambulatorios, solo el 36% presentaba el calendario de vacunación antineumocóccica completo.

Actualmente, en la Argentina se encuentran dos vacunas disponibles: la vacuna antineumocóccia polisacárida 23 serotipos y la vacuna antineumocóccica 13 serotipos. Y las poblaciones de riesgo de acuerdo al Ministerio de Salud de la Nación son:

  1. Adultos mayores de 65 años (independientemente de si tienen otra enfermedad).
  2. Personas entre 5-64 años que presenten alguno de los siguientes factores de riesgo: inmunodeficiencia congénita o adquirida; infección por VIH; insuficiencia renal crónica; síndrome nefrótico; leucemia, Linfoma, Enfermedad de Hodgkin y Mieloma Múltiple; enfermedades neoplásicas; tratamiento farmacológico inmunosupresivo; trasplante de órgano sólido; asplenia funcional o anatómica; anemia de células falciformes; e implante coclear o fístula de líquido cefalorraquídeo.
  3. Pacientes de cualquier edad que presenten cardiopatía crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes, alcoholismo, enfermedad hepática crónica y/o tabaquismo.
  4. Pacientes trasplantados de médula ósea.

La recomendación es que, en caso de poseer alguna de las patologías o factores de riesgo descriptos, se realice una consulta ambulatoria en el servicio de Clínica Médica o Infectología del hospital más cercano, para aclarar dudas, necesidades y esquema de vacunación.