En el mundo interconectado de hoy los profesionales enfrentan el desafío de la interculturalidad. Tanto a nivel nacional como internacional resulta cada vez menos posible visualizar el ejercicio de una profesión que carezca de todo elemento internacional.
A quienes estamos en el ámbito de educación universitaria esta realidad nos obliga a reflexionar sobre la internacionalización de nuestras carreras.
Más allá de lo que se conoce como internacionalización tradicional, es decir los viajes intercambios de estudios, en los años 90 comenzábamos a ver las primeras iniciativas de formación internacional a nivel de Postgrado y luego de Grado en nuestro país.
Por supuesto que, al principio esto estaba más ligado a las carreras de negocios y administración y, no tanto, al Derecho, disciplina que permanecía caracterizada por un desempeño profesional más local. Así en el Derecho Privado se atendían los procesos comerciales o asuntos contractuales y laborales de las empresas o las cuestiones patrimoniales de las familias.
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Sin embargo, al adentrarnos en el siglo XXI, la necesidad de formación de profesionales preparados para desempeñarse en el contexto de la globalización aparece como evidente.
Es muy cierta la idea que sostiene que la globalización es un fenómeno difícil de caracterizar, pero fácil de percibir. Todos la “vivimos”. Implica un complejo movimiento de factores que pone en un estado de interconexión constante a los sistemas políticos, económicos y sociales. Implica una creciente interdependencia económica y cultural de las sociedades y una creciente interconexión entre las cosas que pasan en el mundo, manifestada en un proceso dinámico que abarca los señalados aspectos económicos, políticos, sociales, culturales, como también los educativos.
En el campo del Derecho, los profesionales deben afrontar el reto de la internacionalización de sus estudios jurídicos, tanto de los que se dedican a las grandes empresas, como también los que se ocupan de asuntos de PYMES (por ejemplo, conflictos con proveedores extranjeros o clientes de exportaciones), e incluso en los temas familiares (como puede ser la sustracción de un menor a otro país por parte de uno de los progenitores o el divorcio de dos personas de distinta nacionalidad) y personales (como el consumo transfronterizo y el comercio electrónico).
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Es por eso que la educación superior en el campo del Derecho debe implementar iniciativas para fomentar que los estudiantes de Abogacía, tengan acceso a herramientas que contribuyen a facilitar su inserción profesional futura en este contexto de globalización.
La internacionalización de la formación de los abogados debe manifestarse en el contenido de las materias y en la inclusión en los planes de estudio de cursos vinculados, como el Derecho de la Integración y el Derecho Económico Internacional. También puede canalizarse a través de actividades de internacionalización “en casa”, como las visitas de profesores de universidades extranjeras que dictan clases o módulos en las materias de las Carrera de Grado y Postgrado. En la Facultad de Ciencias Jurídicas de la USAL recibimos profesores de universidades de España, Italia, Alemania, EE.UU, Canadá, México, Brasil, entre otros países.
Pero algunas iniciativas son aún más contundentes. Por ejemplo, en la Universidad del Salvador se dicta desde el año 2005 un programa de formación internacional franco-argentino de nivel Grado que permite a los estudiantes formarse en la Carrera de Abogacía y, al mismo tiempo, realizar los estudios necesarios para recibir el diploma profesional de Francia, de la prestigiosa Université Paris 1 Pantheón-Sorbonne y de validez en toda la UE. El programa es dictado por profesores que vienen de un consorcio de prestigiosas universidades francesas, la Université de Bordeaux, la Université Lumière Lyon 2, la Université Lyon 3 Jean Moulin, la Université de Montepellier y la Université Paris Ouest Nanterre La Defense.
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Esta experiencia educativa permite a los alumnos formarse en una internacionalización permanente “en casa”, ya sea tomando clases con los docentes que vienen de Francia o estudiando con sus compañeros que vienen de intercambio estudiantil a la USAL. También pueden, si lo desean, cursar parte de sus estudios en el exterior, aunque ello no es un requisito para recibirse. El programa es dictado íntegramente en la Ciudad de Buenos Aires.
Una columna de opinión del economista Luis Rappoport publicada por Clarín el 18 de julio nos planteaba, dentro de los desafíos que plantea el acuerdo UE-Mercosur, la cuestión de la necesidad de “más y mejor” educación. Nos decía Rappoport: “la competencia entre países es una competencia entre sistemas educativos. Los del Mercosur deberán, en poco tiempo estar a la altura de los de la Unión Europea .”
Hay distintas formas de acercar la internacionalización a la educación en Ciencias Jurídicas. El mundo sigue este camino, nuestros jóvenes profesionales deben estar preparados para desempeñarse en el mismo y, por qué no, para liderarlo.
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[1] La USAL comienza el programa franco-argentino para el dictado de Economía y Administración de empresas en 1998.
[2] RAPPOPORT Luis, “El MERCOSUR tiene mucho que aprender del modelo europeo”, Clarín, 18-7-19, p. 24
