OPINIóN
Análisis

Por qué las Pymes son la salida a la decadencia que nadie está debatiendo

Una investigación muy seria realizada para el Monapy por la Fundación Observatorio Pyme demuestra que con nuestra propuesta de ley Pyme, la Argentina estaría en condiciones de generar más de dos millones de puestos de trabajo en el empleo formal solo en el primer año.

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Las Pymes como salida. | Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay.

Que la Argentina lleva cuatro o cinco décadas de estancamiento y decadencia, lo sabemos todos por el desaliento y el desánimo que sentimos permanentemente. Sobre todo cuando proyectamos a futuro.

Lo que menos sabemos es que llevamos 25 o 30 años aplicando las mismas recetas que son siempre de formato macroeconómico. Ya sea, por un lado la deriva estatizante, con más impuestos, más empleo público, más planes sociales o, eventualmente, alguna estatización de empresas, o la aventura monetarista con altísimas tasas de interés, endeudamiento externo y concentradísimo sesgo financiero.

La “política económica” se reduce a financiar al estado hasta que el mercado financiero se quedó sin un centavo para las empresas y en el medio, negocios para muy pocos…

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Ambos caminos generaron sistemáticamente y por igual, tal vez a distintas velocidades, más desempleo y más pobreza. 

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Las Pymes como respuesta.

Jamás hemos podido estabilizar la economía, salvo por periodos muy breves. Como con esas fórmulas nunca resolvimos los problemas de fondo y estos persisten, nunca hemos logrado fortalecer el sistema económico, y como consecuencia, a pesar de los cortos tiempos de bonanza, las causas de la inflación, la falta de financiamiento y las amenazas a la generación de empleo y la imposibilidad de generar riqueza subsisten.

Como resultado de todo esto tenemos el índice de pobreza cercano al 40% que sintetiza y condensa 4 décadas de desaciertos.

¡Son las Pymes!

Paradójicamente todos “sabemos” que nuestro querido país es riquísimo, pero no acertamos a encontrar el camino al bienestar correspondiente. Eso es porque estamos errando con la fórmula. Las reformas macroeconómicas solas no nos van a salvar. Antes de atacar los graves desajustes macroeconómicos, tenemos que empezar a buscar la salida al problema de fondo, que es microeconómico: quitándoles las trabas a las Pymes, inmediatamente podemos empezar a pensar en resolver los desbarajustes macroeconómicos del país.

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El universo pyme argentino, debilitado y olvidado por todas las políticas de las últimas décadas, sigue siendo la columna vertebral de la economía nacional, genera el 65% del empleo total y el 60% de la riqueza genuina (el 42% del PBI).

Pymes
El universo pyme argentino sigue siendo la columna vertebral de la economía nacional.

Es en este universo donde están las soluciones que Argentina busca desesperadamente y es allí hacia donde deben dirigirse y adecuarse las “políticas económicas” para liberar el enorme potencial del país. Hoy dichas políticas no existen. Por eso no hay régimen tributario ni laboral específico para las pymes y por ende no  hay financiamiento posible para ese sector ( el financiamiento total al sector es de 4 centavos por cada peso de facturación). 

Las reglas laborales y financieras afectan por igual a las grandes empresas y a las Pymes. Pero no son lo mismo: las Pymes son más endebles. Un solo juicio laboral de nuestra tan desarrollada industria del juicio, por ejemplo, puede quebrar a cualquier Pyme. Como conclusión, el riesgo que corre cualquier emprendedor Pyme a la hora de querer empezar a invertir o crecer es inconmensurable y muy desalentador.

Proyecto de Ley Integral Pyme

Como consecuencia de todo este análisis el Movimiento Nacional Pyme (Monapy) pretende resolver la falta de políticas para la microeconomia presentando en todo el país un proyecto de Ley Integral Pyme. 

Con el aumento de 3 puntos del PBI de financiamiento, pocos retoques en la carga tributaria y un redimensionamiento de las cargas laborales. La idea es no tocar el salario, que es sagrado, pero sí los impuestos sobre el salario que hacen que los sueldos sean muchas veces impagables para las Pymes. El otro capítulo es resolver la permanente espada de Damocles que significa para las Pymes la onerosa “industria del juicio” para generar un ambiente más favorable para el desarrollo de la actividad privada, masiva y atomizada a lo largo y ancho del país.

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Las Pymes, en su conjunto, son el principal empleador de la Argentina.

Esto se lograría sin desfinanciar ninguna caja del Estado. Para ello no debemos olvidar que la hoy la economía argentina está en un 45/50 por ciento en negro, por lo tanto no le aporta casi nada a las arcas del estado. Hay más de 4 millones de empleos informales, que lamentablemente no tienen ninguna clase de cobertura de salud, pero que tampoco aportan nada a ninguna caja previsional. 

Es importante tener en cuenta que las Pymes, en su conjunto, son el principal empleador de la Argentina: explican el 80 por ciento del empleo privado.

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Una investigación muy seria realizada para el Monapy por la Fundación Observatorio Pyme demuestra que con nuestra propuesta de ley Pyme, la Argentina estaría en condiciones de generar más de dos millones de puestos de trabajo en el empleo formal solo en el primer año. Aparte de generar un salto en el PBI y más recaudación para el Estado: ¡Oh sorpresa! Al final será la microeconomía la que asistirá, fortalecerá y corregirá la macroeconomía… al contrario de lo que venimos haciendo y pregonando: creemos que la “micro” se arregla sola, si arreglamos primero la “macro”, cuando los problemas macroeconómicos de la Argentina se originan en una microeconomía que traba y desalienta a las Pymes: el actor económico que más rápido toma decisiones de inversión, que más rápido contrata y “mueve el amperímetro” del mercado laboral.

Solo habría que imaginarse cuántos planes sociales se podrían “canjear” por empleo formal con aportes sociales, capacitación y dignidad para las familias. Nuestros estudios demuestran que es formidable y a la vez lamentable la cantidad de proyectos reprimidos que tienen las Pymes que hoy existen por la falta de medidas como las que proponemos. Y sería formidable cómo aprovecharía esta propuesta de Ley Pyme el natural e internacionalmente reconocido emprendedorismo de los argentinos para crear nuevas Pymes. 

Hoy el país cuenta con cerca de medio millón de Pymes. Chile tiene tres veces más pequeñas empresas que la Argentina en proporción a sus habitantes. Extrapolando ese dato, significa que en la Argentina podría hasta triplicarse la cantidad de emprendimientos que generen empleo formal. Baste recordar que no solo gigantes internacionales como Mercado Libre o Globant, sino también Arcor alguna vez fueron Pymes.

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Y el dato más interesante: los dólares para estas inversiones no los precisa poner el gobierno, ni esperar que alguien de afuera nos los presten: los tienen los mismos argentinos, que ahorran en dólares que se están devaluando o tienen una rentabilidad negativa, en el mejor de los casos.

Además, liberadas de tantas trabas y amenazas, las Pyme no solo generarían nuevos empleos, sino que contribuirían a que “suba la marea” y, con ella, se beneficien automáticamente las grandes empresas, además del Estado y los trabajadores informales o desempleados. 

Al final de este camino virtuoso no solo será más fácil resolver los desajustes macroeconómicos crónicos de la Argentina, sino que el Estado podrá recaudar más, ahorrará dinero de asistencia social, podrá ya no ser más -como lo es hoy- una suerte de “seguro de desempleo improductivo, sino concentrarse mejor en lo que más se lo necesita: la educación, la salud y la seguridad.

Esa es la única manera realista y sólida con la que podemos empezar a cambiar la inercia de 40 años de decadencia de la Argentina.

Argentina sí tiene salida: son las Pymes

*Alejandro Bestani es CEO de Conservas Inca y fundador del Monapy.