La educación fue uno de los sectores donde mayor impacto tuvieron los efectos del Covid-19. De la noche a la mañana, alumnos, docentes y padres en casa, intentaron y aún intentan que el proceso siga su curso.
La configuración actual del sistema educativo en Argentina se desenvuelve, en gran medida, bajo una dinámica de enseñanza-aprendizaje basada en la memorización de contenidos. ¿Cuántas veces hemos memorizado páginas de un libro o fórmulas matemáticas?, ¿Realmente creemos que este modelo es el indicado para afrontar los desafíos del siglo XXI?
El aumento en los niveles de abandono escolar, bajísimas tasas de conectividad a las clases e innumerables tareas sin entregar, son algunos de los puntos que, sumados al alto nivel de estrés, describen este año educativo.
Ahora bien, si hay un aprendizaje que la contingencia actual dejó es que la educación y las instituciones argentinas necesitan comenzar un proceso de transformación.
Este proceso debe estar guiado, primero, por un cambio de foco del modelo pedagógico tradicional donde pasemos a priorizar el desarrollo de habilidades y competencias en lugar de meros contenidos. En segundo lugar, debe existir una transformación del rol del docente, donde sea un mentor o guía de los estudiantes.
Si hay algo que me entristece escuchar cerrando este año es que el entusiasmo y la motivación por aprender se ha perdido. El solo hecho de notar la falta de interés por estudiar y por explorar cosas nuevas atenta directamente contra el futuro.
Debemos hacer del proceso educativo una experiencia memorable e invitar a nuestros chicos a involucrarse en un viaje de aprendizajes lúdicos y de imaginación pura, donde sus capacidades sean las impulsoras del trabajo a desarrollar en cada aula, presencial o virtual.
Mediante experiencias sensoriales e historias estremecedoras, y utilizando a las tecnologías como un vehículo, lograremos captar la atención, recuperar la pasión por descubrir y empoderar a cada uno de ellos para construir, entre todos, el mejor de los futuros posibles.
*Licenciado en Estudios Internacionales. Especialista en Prospectiva Estratégica.
Producción periodística: Silvina L. Márquez.