OPINIóN
futuros escenarios

Quiénes controlarán el Congreso 2022

1-11-2020-Logo Perfil
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Si se repite el resultado de las PASO en las elecciones generales del 14 de noviembre, en los próximos dos años podría darse un Congreso en el que las fuerzas mayoritarias se bloqueen mutuamente.

Es que en Diputados, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio podrían tener 116 bancas cada uno. En el Senado, el oficialismo alzarse con 35 bancas y la oposición –sumando a Juntos y al Interbloque Federal, que trabajan en tándem con otros 35–. Un virtual empate. ¿La clave?, los aliados circunstanciales de la cada vez más delgada avenida del medio.

Según una proyección de la Agencia de Información Parlamentaria Esfera Pública, en Diputados el Frente de Todos mantendría un bloque muy semejante al que tiene hoy en términos numéricos. Pero el problema estaría en que incluso con sus aliados provinciales,–unos ocho diputados misioneros, neuquinos, rionegrinos y santacruceños,–aún quedaría a cinco votos del quórum, el mágico número de 129 que permite, por ejemplo, que una sesión pueda comenzar.

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En contraposición, el excelente resultado de la elección llevaría a la oposición a mejorar su performance de cara a los próximos dos años con 120 bancas entre Juntos por el Cambio –116– y los libertarios –José Luis Espert y Javier Milei, con cuatro bancas–.

En este contexto, ¿qué pasa entonces con la delgada avenida del medio?

Florencio Randazzo, los dos socialistas santafesinos, los dos representantes del lavagnismo y los cuatro diputados que responden al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, serían quienes inclinen la balanza a uno y otro lado, votación tras votación, articulando mayorías ocasionales.

Ahora bien, aún quedan las bancas de la izquierda. Si se replica el resultado de las PASO, en las que obtuvo un muy buen resultado, se quedaría con cuatro bancas: dos bonaerenses, una porteña y una jujeña, donde logró una marca histórica con el 23,37% de los votos. En función de la nueva dinámica que podría adoptar la Cámara, estos diputados podrían tener un papel clave, dado que son de la idea de que siempre hay que dar el debate, y por ende, tienen la política de aportar al quórum. En el marco de una polarización tan grande entre los dos bloques mayoritarios, podrían ser la llave para abrir el recinto.

En el Senado, el escenario que dibujan las PASO no es muy diferente. Si el oficialismo no mejora el resultado de la elección de acá a noviembre, su mayoría se verá sustancialmente debilitada. Para llegar a los 37 votos del quórum necesitará sí o sí de sus aliados habituales: la misionera Magdalena Solari Quintana y el rionegrino Alberto Weretilneck, quien hace apenas un mes fue premiado por Cristina con la presidencia de la comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca.

Sin la ayuda de esos dos senadores clave, el FdT y la oposición dura (Juntos + Interbloque Federal) quedarían en un virtual empate técnico; con 35 senadores cada espacio. Es por ello que el poder que tendrán la misionera y el rionegrino será enorme, dado que solo con sus votos el oficialismo podrá nombrar jueces y embajadores, blindar Decretos de Necesidad y Urgencia y avanzar con leyes controversiales. A los gobernadores, esta posición de grandes decisores les queda pintada, y ya estarán empezando a hacer cuentas. La Izquierda, en este juego, será la debutante.

*/**Periodistas parlamentarias y politólogas.

Producción periodística: Silvina L. Márquez.