Hoy se inicia el mayor experimento social en tiempos de pandemia: la vuelta a la presencialidad escolar en la Ciudad de Buenos Aires. Desde hoy y hasta el 8 de marzo se inicia el movimiento de 931.558 alumnos y de docentes que cubre casi 71 mil cargos. Sumemos que alumnos de nivel inicial, primario y especial viajan a sus escuelas acompañados por casi otras 415 mil personas. Así, casi un millón y medio de personas empezarán a transitar a esas más de 2.700 unidades educativas. Sin lugar a duda, el mayor movimiento de personas desde que se inició la pandemia. No estamos ante una actividad más.
Nos hablan de burbujas, de protocolos de cuidado y de sensibilización de toda la comunidad con materiales de limpieza que no llegan, señalizaciones que faltan, termómetros infrarrojos que no funcionan y edificios históricamente colapsados.
Desde hoy y hasta el 8 de marzo se inicia el movimiento de 931.558 alumnos y de docentes que cubre casi 71 mil cargos.
Lo cierto es que se suscribió un protocolo que luego la misma ministra desdice o “flexibiliza” cuando lo explica en los medios de comunicación. Además, su atenta lectura suma toda una serie de inconsistencias internas. El ejemplo más claro: los únicos exceptuados de la presencialidad son los estudiantes que convivan con alguna de las personas de riesgo o mayores de 60 años; no así si esa convivencia se da entre los propios docentes. Afirmaron que, de producirse casos o sospechosos, los establecimientos cerrarían preventivamente. A poco de producirse la presentación del personal docente, el ministro de salud porteño reconoció que ya se habían detectado diez casos en dos escuelas. La cifra circula molecularmente entre la docencia y registra entre dos y tres escuelas diarias con casos confirmados o sospechosos. Frente a este cuadro, aclararon: las escuelas no se cierran y hoy todas abrirán sus puertas. ¿Cuál es el protocolo a seguir? Aislar a la burbuja. Si fuera un docente, también a todas a las que éste les impartió clases hasta 48hs antes de confirmarse el positivo, durante diez días. El protocolo porteño no prevé el cierre de la escuela. “Las escuelas no se cierran, solo el aula” afirmó también el Ministro de Educación Nacional, Nicolás Trotta. Así, cualquier “fuga” podrá ocasionar mayores contagios si consideramos personal e insumos insuficientes.
Vuelta a clases presenciales: cómo será en cada Provincia de Argentina
Además, el protocolo entiende que la sala/grado/curso completo conforma una burbuja, aunque la escuela, luego, implemente medidas de reorganización y lo desdoble. Así, cada establecimiento deberá fijar su organización interna para garantizar la “mayor presencialidad posible”. Cuando Acuña les dice a las familias que sus hijos concurrirán todos los días, de lunes a viernes, el equivalente a una jornada simple, les miente. Sostuvo que se desdoblaron turnos entre mañana y tarde como si todos los alumnos tuvieran jornada doble: según datos oficiales casi el 40% de las escuelas primarias estatales son de jornada simple. Esas escuelas no tienen ni docentes disponibles ni logística familiar para hacer que concurran en una jornada distinta a la original. Por eso, taxativamente, el protocolo habla de complementación mediante instancias de continuidad pedagógica remota. Ya ni hablemos de madres docentes que deberán compatibilizar una jornada de trabajo completa con la bimodalidad de sus hijos. El gobierno porteño ya avisó que no aplicará la Resolución 60/21 del Ministerio de Trabajo que, a nivel nacional, permite la dispensa los días de no asistencia a clases. En general, las familias solo fueron informadas del cronograma de los que arrancan el primer ciclo. Así nuevos malabares deberán realizar las próximas semanas para reacomodarse. Si consideramos que nueve de cada diez acompañantes educativos en 2020 fueron mujeres, la conclusión es simple: feminismo a marzo. Lo que demuestra que el hecho de que una mujer dirija un ministerio no lo vuelve menos patriarcal.
Las familias deben autorizar la presencialidad haciéndose responsables de lo que ocurra. Lo mismo docentes que convivan con personas de riesgo a quienes no se les da ninguna opción. Frente a este cuadro criminal, solo queda la organización de familias y docentes, quienes, en defensa de la vida, van hacia una huelga general (el paro de 72hs convocado por Ademys).
*Historiadora de la Educación. Miembro de la Corriente Docente Conti-Santoro.