Hagamos un trabajo de imaginación: un cuerpo médico atiende a varios pacientes que se están muriendo por desnutrición, y nos informa en ruedas de prensa y a través de varios medios de comunicación, todo lo que hará en un año y cinco meses para curar a estas personas que están muriendo ahora. Probablemente nos sorprenderíamos y nos preguntaríamos por qué el cuerpo médico nos cuenta aquello que hará en un año y cinco meses si sus pacientes se están muriendo en este momento.
Nuestros dirigentes políticos deben atender las necesidades más básicas de los ciudadanos, una de las más desgarradoras la desnutrición infantil (hoy 7 de cada 10 niños no se alimenta bien en Argentina o no se alimenta) y estos dirigentes políticos cuentan en actos públicos y a través de varios medios de comunicación todo lo que harán en un año y cinco meses para que cantidad de niños dejen de tener hambre ¿no deberíamos sorprendernos y preguntarnos por qué nos informan aquello que harán en un año y cinco meses si los niños se están muriendo de hambre ahora?
Las campañas electorales son herramientas vitales para dar a conocer a los ciudadanos las ideas y proyectos de los partidos políticos y las posibles coaliciones de partidos; así los candidatos de estos partidos y coaliciones nos comunican concretos diagnósticos frente a las problemáticas que atravesamos como sociedad y nos anuncian los tratamientos que piensan ejercer si llegan al poder en las próximas elecciones. Y esta información es central para que los electores puedan conocer aquellas propuestas políticas más afines a sus ideas y necesidades, y puedan elegir a aquellos candidatos que más se acercan a éstas.
Ahora bien, a partir de la última reforma constitucional del año 1994, en Argentina la gestión de un gobierno dura cuatro años, es decir 48 meses, por lo tanto, si aún quedan 17 meses de gestión gubernamental, aún falta que transcurra 35,4% de tiempo antes de que se celebren nuevas elecciones, aún falta más de un tercio del período que dura un gobierno para que se celebren nuevas elecciones. Y cuando falta más de un tercio, 17 meses o un año y cinco meses para que se celebren nuevas elecciones, aquí y ahora, más de la mitad de los argentinos están por debajo de la línea de pobreza, gran parte de los argentinos sigue cayendo debajo de la línea de indigencia, gran parte de la clase media dejó de serlo y tampoco puede alcanzar a consumir la canasta básica, un 70% de los niños en Argentina come mal o no come. Todo esto y mucho más estamos padeciendo en Argentina cuando falta más de un tercio de tiempo para que termine el presente período presidencial y vuelvan a elegirse nuevas autoridades gubernamentales y legislativas.
Quien se ocupa de gobernar es el poder ejecutivo y quien se ocupa de sancionar las leyes es el poder legislativo, nuestros dirigentes políticos. Y nuestros actuales dirigentes políticos deben tener proyecciones a futuro, ideas y propuestas para poder mejorar nuestra calidad de vida actual y ulterior, esto implica gobernarnos y legislarnos como corresponde.
Ahora bien, cabe preguntarnos si es dable que nuestros actuales dirigentes políticos cuenten con grandes proyecciones, para comenzar a debatirlas y ejecutarlas formalmente recién en un año y cinco meses, mientras hoy en Argentina se padecen las penurias antes anunciadas.
¿Gobierno de coalición o de egos en colisión?
El poder ejecutivo actual se encuentra discutiendo si Alberto, si Cristina, si Máximo, si Massa, si la Cámpora debe seguir conduciendo el manifiesto peronista. El poder legislativo actual reúne a una diversidad de fuerzas políticas, y en cada uno de estos espacios se discute principalmente quién debe estar con quién y quién no debe estar con quién dentro de un año y cinco meses.
Desde el poder ejecutivo: discursos, relatos y promesas gubernamentales a futuro de todas las maravillas que harán, pero que no hicieron y no están haciendo luego de dos años y medio de gestión presidencial (o vicepresidencial); desde el poder legislativo: discursos, relatos y promesas a futuro de todas las maravillas que harán, pero que no están haciendo mientras se encuentran legislando, algunos hace seis meses y medio, y otros hace dos años y seis meses y medio.
Grandioso que nuestros dirigentes políticos consideren a las campañas electorales como valiosas herramientas de la democracia y que proyecten a futuro. Pero miserable que nos cuenten que todo esto tan maravilloso que nos prometen, recién ocurrirá en un año y cinco meses, cuando hoy nos gobiernan y hoy nos legislan, en una Argentina que está detonada.
*Sandra Choroszczucha Politóloga y Profesora (UBA).