En menos de un mes y por las mismas razones, dos ministros de salud dejaron sus cargos. Si estuviera analizando el caso de un país en un momento cualquiera de su historia, probablemente apuntaría a una posible inestabilidad de sus instituciones.
Sin embargo, estamos hablando de Brasil en un contexto de pandemia mundial, con más de 13 mil muertos según las cifras oficiales y la sospecha de que hay muchos miles más.
La posible asunción de un militar para el cargo vacante es un grano de arena más al desierto que representa el gobierno Bolsonaro. Gracias a las diversas crisis provocadas por el mismísimo presidente, Bolsonaro viene perdiendo apoyos con un dinamismo asustador. Lo acompaña aún un 25% de la población, identificada ideológicamente como la derecha neoautoritaria y la derecha evangélica, y los militares.
Desde el punto de vista de la gobernabilidad efectiva, el apoyo militar es aún su única salvación. En medio a una crisis sin precedentes, Bolsonaro ostenta una estructura administrativa casi que completamente militarizada que supera, paradójicamente, a la del propio gobierno militar (1964-1985). De ahí se plantean dos interrogantes: ¿qué representan los militares en el gobierno? Y ¿qué representarán para la salud de la democracia brasileña en un futuro próximo?
La primera respuesta, considero, es la necesidad de darle algo de estabilidad a un gobierno a la deriva. No obstante y según algunas de las declaraciones de importantes actores de la corporación, incluyendo a la más reciente del vicepresidente Hamilton Mourao, las FFAA están más preocupadas con la estabilidad del país que con la estabilidad de Bolsonaro.
La segunda respuesta, subordinada a la primera, tiene que ver con la alta probabilidad de que, en breve, un militar ocupe la Presidencia de una democracia en democracia. Dicho esto, los analistas políticos nos debemos un tirón de orejas: no percibimos cuan cerca estábamos todavía de un pasado que creíamos superado. Brasil, o maior do mundo, parece apuntar hacia la vuelta de una democracia tutelada (dirigida) por la mano militar. Tempos difíceis.
*Politóloga (EPyG, Unsam).