Estamos atravesando un período crítico en cuestiones sociales y económicas que provoca que muchas de las cosas importantes y de fondo pierdan la posibilidad de ser tratadas.
En estas circunstancias muchas veces nos preguntamos cómo debatir sobre instituciones públicas que no alcanzan a cumplir sus funciones ni los objetivos que la comunidad les destina: garantizar el derecho a la comida, a la educación, a la salud. Derechos incumplidos y necesidades instatisfechas.
Y claro que es primordial atender estas urgencias. La paradoja es que las emergencias nos impiden tratar las fallas e insuficiencias de tales instituciones. En consecuencia, además de atender la emergencia, deberíamos tomar decisiones sobre la calidad de instituciones ineficaces, que ya no alcanzan a atender las exigencias del desarrollo y la equidad de su comunidad.
Boleta Única: un debate sobre el futuro de la democracia
En estos días, se discutió la implementación de un nuevo mecanismo del sistema de votación. Ese nuevo mecanismo es, como ya se sabe, el reemplazo de las boletas individuales que identifican a cada partido político por un mecanismo de Boleta Única de Papel (BUP) que contenga toda la oferta electoral y cuya confección y distribución debe garantizar el estado.
¿Cómo se desarrolla la elección con Boleta Única?
- El presidente de cada mesa electoral le entrega al elector una boleta con los candidatos de todos los partidos que compiten;
- el elector se retira a una cabina (que oficia de “cuarto oscuro) y en soledad marca o tilda la opción que elige;
- pliega la boleta y la deposita (sin sobre) en la urna en presencia del presidente y los fiscales.
Este mecanismo -en apariencia distante de las demandas o de los intereses populares- se vuelve, sin embargo, relevante porque (además demarcar un quiebre del mecanismo de sufragio de más de cien años) la nueva Boleta Única influirá en la calidad de procedimiento del voto: será un perfeccionamiento del sufragio.
Pensar en la institucionalización de un nuevo mecanismo que provea de mayor seguridad y mayor transparencia al conjunto del sistema electoral -que, al fin y al cabo, es el simple procedimiento sobre el que se soporta toda la arquitectura de la democracia, de la soberanía popular y de la legitimidad del gobierno- es indiscutiblemente una de las responsabilidades más importantes de quienes representamos a los ciudadanos en los distintos recintos legislativos nacionales, provinciales y municipales.
Son múltiples los beneficios que trae la Boleta Única de Papel. Repasemos algunos:
- se agiliza el voto durante la jornada electorales;
- se refuerza la transparencia al evitar el robo de boletas, ya que el presidente de la mesa entrega en mano la boleta única a cada elector y
- se reducen los costos públicos para estas jornadas (no se utilizan sobres ni se multiplican las impresiones, alcanza con la impresión de una cantidad porcentual apenas superior a la cantidad total de electores).
Además es un sistema mediante el cual se disminuye la contaminación y el daño al medio ambiente: ya no hace falta imprimir una cantidad multiplicada de boletas por partido.
Otra ventaja de la Boleta Única Papel es la mayor igualdad entre partidos y candidatos, ya que todos tienen idéntica superficie en la electoral boleta, las mismas posibilidades de ser seleccionados y electos y una presencia real en el menú de cada elector/a.
Diputados: la oposición logró aprobar la Boleta Única y gira el proyecto al Senado
Quizás sea esta última ventaja -igualar los derechos de todos los partidos y de todos los candidatos- lo que impidió que la Boleta Única de Papel no se haya implementado hasta hoy. Porque son quienes se benefician con la imposición del más fuerte -y su poder económico para la impresión de boletas y presencia de fiscales en cada mesa, sin tener en cuenta las acechanzas siempre presente de la trampa- quienes deciden las reglas del juego.
Cualquier sistema electoral es perfectible y nuestro sistema que atravesó el siglo XX y parte de este nuevo siglo merece ser repensado y mejorado. Este es el momento. Porque es cierto que nuestra democracia tiene que resolver temas urgentes. Pero para resolverlos, hace falta más y mejor democracia.
* Viviana Dirolli. Abogada y Diputada Provincial provincia de Buenos Aires por JUNTOS. Twt:@vivianadirolli / IG:vivianadirolli