Mario Alberto Kempes: "Nunca jugamos para el gobierno militar"

Mario Alberto Kempes viajará a la Argentina a casi 40 años de haber salido campeón en el Mundial 1978 para presentar su autobiografía: la historia de su vida contada en primera persona. Este cordobés que tiene un estadio que lleva su nombre, cinco hijos y que se gana la vida como comentarista de fútbol en Estados Unidos, quiere poner fin a una vieja polémica: “Nunca nosotros jugamos para el gobierno de la junta militar, en ningún momento pensamos que íbamos a jugar para tapar lo que le estaba ocurriendo a tanta gente víctima de robo o secuestros condenables. Lo supimos después del ’82 cuando fue la guerra de las Malvinas. Al dicho popular que afirmaba que ‘ustedes jugaban para los militares’ les decimos que no. Quiero contar mi verdad, tengo la conciencia tranquila. Nosotros nos pusimos la camiseta y salimos a representar a la patria y a los hinchas. La decisión de que Argentina fuera sede se tomó en el ’74 y en ese momento no estaban los militares.” 

“No voy a contar lo peor que me haya pasado para vender un libro. Hoy hay  nuevas generaciones que me conocen por mi trabajo como comentarista en TV y los más chicos por ser la voz oficial del juego FIFA, que me ha acercado a millones de chicos que me reconocen cuando me escuchan hablar. Pasaron 40 años, este libro es la historia de mi vida que he recopilado con el escritor Luciano Wernicke.”

“No sé en qué momento los militares puedan haber gastado dinero para comprar un partido. Nuestro triunfo no fue un triunfo de la política, fue un triunfo deportivo. ¡Cómo puede el argentino creer todavía que ese mundial lo ganamos por los militares! Nosotros estábamos en la concentración de José C Paz custodiados por los militares como estaban custodiadas todas las selecciones. Hoy vas a un mundial y cualquier selección tiene su custodia por temas de seguridad que le pone el país organizador. Gente te cuidaba mejor que tu mama o tu papa. A medida que pasa el tiempo me molesta que el argentino siga pensando que eso fue así, no es que me duele. Ahora, eso sí, la estrellita que está en la camiseta de la selección argentina, esa no me la quita nadie. Es un mito, una mentira que tiraron principalmente los que perdieron. Se ve que a muchos argentinos les dolió, pero que culpa tenemos nosotros. Éramos muchachos que dejamos todo adentro de la cancha y que teníamos la ilusión de jugar un mundial en casa, y si le podíamos sacar una sonrisa a los que la pasaban mal, mejor todavía. Pero de ahí a que pongan en duda lo que hicimos adentro de la cancha, eso no tiene perdón.”

“Del campeón del 78, el muchacho de Bell Ville - Córdoba - al Mario de hoy no hay mucha diferencia, el pelo no se me ha acortado…simplemente se me ha caído (risas). No me voy a andar pintando el pelo, a la naturaleza hay que dejarla que siga su camino. Todos los Días camino una hora y media. Después de unos by pass y operación de la cadera no juego más. Hoy me gano la vida como comentarista. Trabajo con un equipo donde contamos lo que vemos, cada uno expresa su opinión, pero al fanático nunca le vas a ganar, nunca va a entender que su equipo jugó mal. Vine a Estados Unidos cuando mi hija mayor tenía 5 años y la menor unos meses. Mi esposa Julia (venezolana) se trasladó conmigo y nos adaptamos juntos. La vida del futbolista es muy linda, viajás por todo el mundo pero solo conociendo los aeropuertos, los hoteles y los estadios. En el ’78 el jugador podía caminar por la calle tranquilo, hoy hay tantos medios de comunicación que difunden tu imagen que para los grandes, es muy difícil llevar una vida tranquila. Sigo con la idea de ser técnico, aunque estoy bien haciendo un trabajo que disfruto mucho.” 

Messi no va a ser más o menos mejor jugador, después de todo lo que ha hecho si es que llega a ganar un mundial. Esta dentro de la mesa de los ‘jugadores extraterrestres’ y va a ser un indiscutido número uno aunque siempre va a estar sometido a la comparación con Diego: la gente dice "claro, es que Diego ganó un mundial". Y así somos los argentinos, imagínate que si ponen en duda el triunfo deportivo del Mundial ’78. Cuando viajaba a Barcelona como comentarista nos hemos cruzado, saludado y felicitado pero no tenemos contacto frecuente con Lionel.

“Tiene chicos que llevan 10 o 12 años jugando juntos, con una gran experiencia y sin embargo cuando los ves dentro de la cancha parece que jugara una sola persona y el resto acompaña. Todos se la dan al 10, al 10, al 10… Si a vos te llaman a la selección es porque tenés la suficiente categoría como para jugar en la selección. No creo que sea una instrucción del técnico. Creo que es algo espontáneo. No creo que sea por respeto, porque si así fuera como compañero le darías una pausa, la posibilidad de que tome aire y vuelva. En el Barcelona se la dan (la pelota) si es necesario. En cambio Argentina muy pocas veces cambia de dirección; se la da a Messi y ahí nace la jugada que debería terminar en gol. Pero parecería que los otros no tuvieran esa capacidad.”

“Con los millones que hoy hay en danza en el fútbol – a diferencia de mi época – el jugador debe tener al lado suyo a alguien de mucha confianza, un agente en el que vos creas y que no te quiera engañar. Al manejar tanto dinero, por no declarar al estado un par de millones te terminas metiendo en un gran problema. ¿Para que querés robarte un par de millones al lado de lo que ganas…? Es posible que el jugador pueda no estar enterado. Es tremendo que haya gente al lado que pueda ponerlos en este tipo de problemas. El jugador tiene que ocuparse de jugar, tener la cabeza tranquilita, estar con la familia y en el futbol en los entrenamientos y en la cancha cuando corresponde. Ahora si te sale un problema – como en el caso de Neymar – con tantos juicios después de un pase, te asombra que tienen aviones y coches y por una tontería al lado de lo que ganan llegan a tener un problema fiscal. Con el tema de las fundaciones hay que tener cuidado, tienen que ser algo muy limpio. Yo sé que el Pupi Zanetti tiene una fundación en Buenos Aires que hace un gran trabajo y es muy transparente. No quisiera creer que hay gente que pone fundaciones para lavar dinero.”

El argentino es un jugador que nunca da el brazo a torcer, que nunca va a bajar la cabeza hasta que el que referí no toque el silbato final y que si se tiene que hacer expulsar por dar una patada…la va a dar. El argentino triunfa en todos lados por el carácter que tiene, salvo aquellos “chantas” que quieren ir a robar a un equipo que les da un dinerillo y al que no conoce nadie.

Alemania siempre cuenta, Brasil anduvo muy bien después de la despedida de Dunga. Es una selección como tienen que ser, una selección de ‘samba’, que se entretenga, que se divierta jugando adentro de la cancha. El argentino es un jugador que nunca da el brazo a torcer, que nunca va a bajar la cabeza hasta que el que referí no toque el silbato final y que si se tiene que hacer expulsar por dar una patada, la va a dar. El argentino triunfa en todos lados por el carácter que tiene, salvo aquellos “chantas” que quieren ir a robar a un equipo que les da un dinerillo y al que no conoce nadie. 

La diferencia entre Menotti, Bilardo y el resto es que no han tenido suerte de salir campeones. Yo creo que este es el mejor grupo, la mejor selección que ha tenido Argentina. El estilo argentino hay que trabajarlo mucho porque con tantos cambios de técnico no saben a qué juegan, no saben a qué van a jugar; es más tampoco saben con qué técnico van a llegar al Mundial porque si pierden dos partidos al técnico lo echan. No pongamos las figuritas. Las figuritas que se queden para el álbum. Pongamos gente que tienen hambre, que puede respaldar. Yo no digo que los que están en la Selección hoy no tenga hambre, pero hay gente que por la edad o el cansancio no están.

“Mascherano es un jugador que lo da todo, es muy inteligente jugando y que está jugando a un nivel muy alto como es el Barcelona, que no le teme a la presión, que manda tanto dentro como fuera de la cancha, pero tendría que preguntarle el técnico dónde se siente más cómodo. Jugando en el mediocampo tiene que correr una barbaridad. Si al lado de Mascherano no ponen a alguien que tenga su garra, su personalidad ese amor propio que demostró siempre me parece que Argentina va a ser como el Titanic: el más famoso, el más grande al que cualquier agujerito lo puede hundir. El argentino es un jugador que nunca da el brazo a torcer, que nunca va a bajar la cabeza hasta que el que referí no toque el silbato final y que si se tiene que hacer expulsar por dar una patada…la va a dar. El argentino triunfa en todos lados por el carácter que tiene, salvo aquellos “chantas” que quieren ir a robar a un equipo que les da un dinerillo y al que no conoce nadie.

Fotos: Obviomedia