#PeriodismoPuro es un nuevo formato de entrevistas exclusivas con el toque distintivo de Perfil. Mano a mano con las figuras políticas que marcan el rumbo de la actualidad argentina, Fontevecchia llega a fondo, desmenuzando argumentos y logrando exponer cómo piensan los mayores actores del plano del poder. Todas las semanas en perfil.com/PeriodismoPuro.
El presidente de Arcor, Luis Pagani, fue entrevistado por Jorge Fontevecchia para #PeriodismoPuro y habló de todo. Responsabilizó al gobierno nacional al señalar que "no tiene un plan económico" y luego realizó una autocrítica sobre el rol del empresariado argentino en los últimos 50 años. "Somos parte de este fracaso", sentenció. A continuación, parte del análisis de uno lo de los empresarios más importantes del país.
—¿Qué responsabilidad tuvieron la clase empresarial y el sector privado sobre la decadencia económica argentina de este último medio siglo?
—Si hablamos del empresariado en general, somos parte de este fracaso. En un empresario argentino normalmente prima más la renta que el riesgo, entonces, creo que eso dificultó que no hubiese más empresas como Arcor. Un país trasciende a través de las empresas que pueden traspasar sus fronteras. Siempre observo a Brasil, a Chile, a México, a ver cuántas empresas tienen fuera de sus países, y uno mira a la Argentina y lamentablemente tenía más empresas cincuenta años atrás. Hubo un fracaso del empresariado y muchos optaron por renta. Siempre soy crítico de los años 90, cuando muchos colegas prefirieron hacer caja con sus empresas y hoy, cuando uno mira la raza de empresarios argentinos, es chica.
—La voluntad del accionista es condición necesaria para el desarrollo de las empresas: ¿faltó voluntad en los empresarios argentinos?
—Son distintas circunstancias. Coincido en parte de lo que usted señala; también hay empresas que habían quedado obsoletas y pensaron que era el momento ideal como para salirse del negocio. Hay cuestiones generacionales, también.
—Arcor se focaliza en la alimentación, pero la mayoría de los grandes grupos económicos argentinos son conglomerados que invierten en distintos sectores, entrando y saliendo de ellos, según convenga. Esa mentalidad más cortoplacista, ¿es causa o consecuencia de ese achicamiento de la Argentina y sus continuas crisis?
—El país permitió que muchos grupos empresarios se constituyeran teniendo al Estado como cliente o regulador. Algo muy diferente a lo nuestro. Nosotros tenemos otro estómago. Nos gusta competir.
—Un país que se abre y se cierra, y pasa una situación en la que resulta imposible importar una máquina, a otra en la que es hasta más fácil importar lo que la máquina produce, ¿predispone a dedicarse a vender empresas cada vez que cambia el ciclo económico y comprar antes de un nuevo cambio, y eso genera una mentalidad más inversora que empresaria?
—Es como usted dice. Una de las causas de estas idas y vueltas que Argentina ha tenido es que algunos empresarios miran cada cambio como una oportunidad. Algo distinto a lo que puede verse en Arcor. Nosotros tenemos un norte, un plan; al menos tenemos la ambición de ser globales. Eso es ser independiente. A veces el país ayuda, y a veces el país no ayuda.
Leé la entrevista completa de Jorge Fontevecchia acá.