PERIODISMO PURO
Entrevista

Sebastián Mazzuca: "Europa es un cementerio de Estados berretas"

El doctor en Ciencia Política e investigador del Conicet afirmó que "la baja capacidad del Estado crea coaliciones predadoras".

Sebastián Mazzuca, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
Sebastián Mazzuca, en la entrevista con Jorge Fontevecchia. | Pablo Cuarterolo

—¿Cómo sería ese Estado más útil? ¿Cómo se financia? ¿Se necesita fuerza económica o intelectual?

—La respuesta corta es intelectual. No tiene nada que ver con el tamaño, algo completamente distinto de capacidad.

—¿Cómo se logra? ¿Es un proceso de años como los 400 años de riego de los jardines de Inglaterra? ¿Se necesitan años o se puede hacer de otra manera?

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—Europa tiene Estados capaces porque se forjaron en el calor de la guerra. Nadie quiere guerras en el siglo XXI para desarrollar Estados capaces, pero los europeos, los socialdemócratas, desarrollaron sus capacidades al calor de la guerra. Son administraciones públicas hipereficientes por una sencilla razón darwiniana: si no lo hacían, eran absorbidos por otros. Europa es un cementerio de Estados berretas absorbidos por Estados eficientes. Desaparecieron, están extintos. Son muy pocos los países que formaron capacidad sin guerra. Son muy pocos los países sin períodos de guerra sostenidos, sin un test ácido de la geopolítica. Eso no quiere decir que la guerra sea el único camino. La historia está por escribirse. Australia, Estados Unidos y Canadá no tuvieron guerras y se formaron de modo muy parecido a los países de América Latina, con incentivos de comercio, y desarrollaron administraciones públicas fuertes.

—¿Por qué no pudimos construir un sistema de administración pública eficiente teniendo las dosis de talento intelectual del que carecieron otros países?

—No es una cuestión de talento intelectual, sino de estructura política. Si la administración pública nace patrimonialista, se estimula a que ningún partido haga algo diferente del clientelismo. Es muy importante que nazca bien la administración porque después es muy difícil cambiar.

—Cambiarla sin guerras. Escribiste:  “Los recursos liberados por la ausencia de amenazas territoriales, el bono geopolítico latinoamericano, no se utilizaron para fortalecer la capacidad estatal”. El Atlántico Sur generalmente fue una zona olvidada. ¿Qué importancia tiene en estos Estados disfuncionales tener fuerzas armadas importantes?

—La oportunidad de construir Estados capaces a través de la guerra fue hasta Napoleón. Esa oportunidad pasó. Las guerras son malas éticamente. Y tampoco desarrollar un ejército generará capacidad estatal. Estamos en el siglo XXI. Capacidad estatal es saber leer el mundo y en qué parte de la globalización insertarse. No tiene nada que ver con guerras. Ya no sucede como en la época de Robin Hood.

—Yo no me refiero a batallas, sino al desarrollo que implica tener esa estructura. El desarrollismo de Brasil, por caso, fue fomentado por militares.

—El complejo militar en el siglo XXI puede ser un incentivo para el desarrollo tecnológico. Lo fue en Estados Unidos.

 

“La baja capacidad del Estado crea coaliciones predadoras”

 

—¿Cuánto inciden en tu libro que lleva como título “Political Geography and Capacity Failure in Latin America” la demografía y la geografía en la decadencia argentina? ¿Explican la decadencia o la neodecadencia?

—El libro explica a grandes trazos cuestiones esenciales de la economía del desarrollo. Uno de ellos es qué es un Estado de baja capacidad. Alude a la administración pública, muy capturable para las coaliciones predatorias del Estado y de la economía. Pero, dado el período de historia global en el que se formaron los Estados de América Latina, cada país de la región es una combinación de territorios. Se generan combinaciones alternativas que resultan disfuncionales, que terminaron creando barreras al desarrollo posterior. Hay barreras grandes a la capacidad estatal y al desarrollo económico. Son combinaciones muy perversas de territorios. Los países grandes de América Latina son combinaciones muy perversas de territorio.

—Escribiste: “En América Latina, el comercio internacional no tuvo la culpa de querer Estados débiles. Lo que pasó es que los incentivos comerciales llegaron a América Latina hacia 1850, cuando la mayoría de las regiones todavía no habían terminado de resolver un panorama algo medieval de poderes locales y clientelistas. El ingrediente clave para entender la combinación originaria de Estados como el argentino, el brasileño, el mexicano”. Uno podría decir que México se norteamericanizó con los años. ¿Brasil y Argentina comparten la misma zona geopolítica de Sudamérica atlántica?

—Es una geografía perversa. Combina regiones de una manera que genera una propensión a la creación de coaliciones que saquen de las zonas dinámicas y redistribuyan de una forma no productiva a regiones periféricas. Por lo tanto, se reduce el tamaño de la torta. Das en el clavo con México. Se aceptó rápidamente ser socio menor de la economía norteamericana. Eso cambió el juego. Argentina y Brasil tienen esa misma composición territorial perversa. Aun así hay dos grandes diferencias. En Brasil, el Estado desarrollista fue mucho más exitoso. Brasil era mucho más pobre que Argentina. Es como si Arturo Frondizi hubiera sido exitoso y si sus ideas se hubieran sostenido en el tiempo. Es algo que lo dejó mejor parado, pero también con un legado de desigualdad enorme. Es el país con más importación de esclavos de toda América.

—Y el último en eliminar la esclavitud, junto con Rusia.

—Su problema de desigualdad originario es más grave que en ningún otro lugar. Brasil está lidiando con un legado colonial de estructura social mucho más bravo que el de la Argentina. Pero no veo neodecadencia en Brasil. Más allá de la pesadilla económica de Jair Bolsonaro, se ve un cierto dinamismo.

—Argentina promulga la Ley Sáenz Peña de voto universal cuando todavía en Brasil no se había abolido la esclavitud. Aun así, más allá de los vaivenes, la pobreza hoy en Brasil es menor que en 1970 y en la Argentina es mayor.

—Exactamente.

 

Lea la entrevista completa de Jorge Fontevecchia a Sebastián Mazzuca en este link.