Kathleen Folbigg, que fue considerada "la peor asesina en serie de Australia" por la muerte de sus cuatro hijos en 2003, fue indultada y liberada este lunes después de pasar 20 años en la cárcel. La mujer había apelado varias veces la condena, a 30 años.
Los abogados habían pedido la libertad después de mostrar evidencias científicas sobre causas naturales y genéticas. Los cuatro chicos murieron entre 1989 y 1999, con edades que iban entre los 19 días y los 18 meses.
El fiscal general del estado de Nueva Gales del Sur, Michael Daley, dijo este lunes que una investigación iniciada en 2022 estableció una "duda razonable" y Folbigg fue perdonada.
Australia: encontraron más de 800 kilos de cocaína en un barco proveniente de Argentina
Hace dos décadas, la justicia había decidido declararla culpable por haber asfixiado a sus hijos. “En aras de la justicia, Kathleen Folbigg debe ser liberada de custodia lo antes posible”, ordenó el fiscal general Daley.
Uno de los primeros argumentos fuertes en favor de Folbigg fue la petición que en 2021 firmaron científicos australianos y de otros países donde subrayaban que las muertes estaban ligadas a anormalidades congénitas o raras mutaciones genéticas.
“Nunca ha habido, en la historia de la medicina, un caso como este”, aseguró en un pasaje final el fiscal luego del vuelco que dio la causa, una decisión jurídica que puso tras las rejas a una persona inocente.
Detalles de la investigación que determinó la inocencia de Kathleen Folbigg
Antes de que la mujer que era considerada la peor asesina de su país fuera declarada en libertad, se realizaron dos investigaciones. Una de ellas en 2018, cuando se ratificó la acusación. La segunda, sin embargo, tuvo la participación de más de 90 científicos de todo el mundo y terminó favoreciendo a la acusada.
La especialista que se encargó de coordinarla fue Carola García de Vinuesa, que vive en Australia pero es española. Al conocerse la noticia, expresó al medio europeo Más de Uno: "Nunca había oído hablar del caso pero cuando vi los informes médicos de los bebés ya había indicios de que las muertes habían sido naturales: un bebé tenía epilepsia, otro una miocarditis en autopsia... son cosas que no son unas patologías normales".
De acuerdo a El País, Vinuesa había percibido que la muerte de cuatro lactantes podía considerarse como extraordinaria, pero el caso tomaba otro tono si se trataba de hermanos con fallas genéticas.
Allí se encontraron mutaciones en dos niñas de los genes CALM2, algo que el genetista Todor Arsov (quien fue parte del equipo) comparó con "un testigo ocular del crimen".
LT