POLICIA
Juicio en salta

“Me están matando”: llamó a la Policía para pedir ayuda, nadie la socorrió y la asesinaron

Rosa Sulca fue asesinada en abril de 2020. Según la acusación fiscal, una chica de 17 años ingresó a la propiedad a robar y sorprendió a la mujer, que había sido maestra de la hermana de la presunta asesina. En el momento del ataque, la víctima llegó a llamar al 911 para pedir ayuda y su relato fue estremecedor.

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Víctima. Rosa Sulca, la maestra salteña atacada en su casa, llegó a comunicarse al 911 pero los policías que acudieron se retiraron porque no salió nadie. | poder judicial de salta

Era de madrugada. Un operador recibe una llamada estremecedora y un pedido de ayuda concreto. “Me están matando”, dice del otro lado del teléfono Rosa del Milagro Sulca (48) y da la dirección de su casa en Salta. Le ruega que avise rápido a la policía, pero otra voz femenina se mete en la conversación, y pide que desestime la llamada porque “su tía toma pastillas”. A la mujer, que era docente, se la escucha, de fondo, suplicar y gritar por última vez. Dos efectivos policiales llegaron hasta la propiedad, golpearon y se fueron, al no recibir respuesta. A la mujer la asesinaron de 17 puñaladas.  

Este jueves comenzó a ser juzgada Salomé, una joven que está acusada de ser la autora material del crimen y que al momento del hecho era menor, ya que tenía 17 años. La hipótesis de la fiscalía es que la chica ingresó a la casa de la maestra a robar y para ocultar ese primer hecho la asesinó. El arma homicida fue un cuchillo que había en la cocina de la víctima. Mientras que a Martín Laime, alias “Loro”, lo acusan de encubrimiento

En el caso hay una pata más. Dos miembros de Demanda Ciudadana (los coordinadores Marcelo Tintilay Cordeyro y Gabriela Moyano), otros tres operarios del Sistema de Emergencia 911 (Héctor Roberto Herrera, Gustavo González y Domingo Normando Corbera) y dos policías (Antonio Ezequiel Sanhueso y Juan Carlos Vizgarra) están acusados por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público. La investigación cuestiona el accionar de todos ellos en la respuesta al pedido de ayuda de la maestra. 

La joven acusada fue la única en declarar en el inicio del debate ante los jueces de la Sala VI Mónica Mukdsi, José Luis Riera y Guillermo Pereyra. Sostuvo que en el momento de ingresar a la casa de la víctima, aquel 28 de abril de 2020, estaba “drogada y alcoholizada”, según informaron desde el Poder Judicial salteño. El resto de los acusados optaron por el silencio. 

"Hola, disculpe es mi tía. Ella toma pastillas", intervino el pedido de ayuda la acusada.

Además, la acusada contó que conocía a la víctima porque “había sido maestra de su hermana” y porque “era amiga de su madre”. No era la primera vez que la menor ingresaba a robar a la propiedad, según destacaron desde la fiscalía, ya que tenía problemas con el consumo de drogas. Además, la chica negó ser la asesina de la maestra y apuntó a un exnovio suyo (esta persona fue investigada en un principio pero con el correr de la causa fue sobreseído). 

Por favor, ayuda 911. Ayuda, me están matando. Amalia Aybar 1480, apúrese por favor, Villa Mitre”, dice Rosa y luego se la escucha gritar. Una mujer toma el teléfono y le dice al operador: “Hola, disculpe. Es mi tía, ella toma pastillas”. Según la investigación, quien pronuncia esas palabras es Salomé , quien luego acuchilla a la víctima, le roba el celular, junto a otras pertenencias, y sale de la casa. Aún con las manos ensangrentadas va a encontrarse con Laime, el acusado de encubrimiento, y termina cambiando el teléfono por droga. Según la instrucción de la causa, una cámara los registra frente al domicilio de la maestra luego del crimen. 

Tras el llamado de emergencia, los oficiales Sanhueso y Vizgarra, del móvil 1113, llegan a la propiedad de la docente a las 2.51 de aquel 28 de abril y tras no recibir respuesta desde el interior se van. “Negativo moradores, no son alertados por persona alguna”. Un minuto después el patrullero “fue liberado por cierre del suceso, informado como delito no constatado”.

Pero ese mismo día, a las 18.30 horas,  ingresa otro llamado al 911 de una persona que se muestra preocupada porque su amiga Rosa no respondía llamadas ni mensajes. Ahí fue cuando la encontraron asesinada de 17 puñaladas.

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Penas. El abogado querellante Pablo Tort calificó el accionar de los policías como “absolutamente deficiente” y en este sentido explicó en diálogo con la radio local Dinamo: “No es solo que la policía tiene permitido actuar, la policía tiene la obligación de actuar, son funcionarios públicos y están en el cumplimiento de su función, por lo que tenían la obligación de ingresar al domicilio de Rosa y comprobar si de verdad estaba todo bien, algo que no han hecho, han llegado hasta la puerta y como no recibieron respuesta se fueron”.

“Por el lado del 911, hay errores en la cadena de mando y en la cadena de procedimientos que más que errores son negligencias graves que hacen justamente a la figura típica de la omisión del deber de funcionario público. Junto a la fiscalía, la Fundación Cintia Fernández (a la que representa) como querellante va en contra de los policías y de las personas que formaban parte del 911”, agregó.

Según explicó el letrado, de encontrarlos culpables la pena que podrían recibir es “excarcelable”, menor a los tres años de prisión. Por su parte, la joven está acusada del delito de “homicidio calificado por alevosía y criminis causa” que tiene una pena de prisión perpetua, pero como al momento del hecho Salomé era menor de edad,  podrá recibir como máxima 15 años de prisión.

 

El caso

Rosa del Milagro Sulca fue asesinada el 28 de abril de 2020 (en plena restricción por la pandemia del coronavirus) en su casa en la capital salteña. La víctima era docente.

◆ Como autora del crimen llegó a juicio una joven que al momento del hecho era menor de edad y que conocía a la víctima porque había sido maestra de su hermana.

◆ La víctima fue sorprendida de madrugada en su casa y llamó al 911 para que la ayudaran. “Me están matando”, los alertó.

◆ Los policías que llegaron a la casa tras el llamado se retiraron del lugar al golpear y no recibir respuesta.
 

La central de emergencia

En el marco de la investigación por el homicidio de Rosa del Milagro Sulca, los fiscales Verónica Simesen de Bielke y Pablo Rivero habían realizado una inspección ocular en la sede del Sistema de Emergencias de 911 que recepcionó el pedido de ayuda de la víctima en 2020. Para los investigadores la muerte de la maestra era “evitable” y puso sobre la lupa el accionar, presuntamente deficiente, de siete personas vinculadas con esta área (más dos policías). Finalmente, llegaron a juicio cinco de ellos por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”

A los supervisores de Demanda Ciudadana Marcelo Tintilay Cordeyro y Gabriela Moyano se los acusó de “incumplir un acto propio de su cargo”, que era “llevar adelante la supervisión de las llamadas que ingresan al 911 y en su caso, disponer las medidas necesarias para verificar que dicho incidente sea catalogado correctamente y que se asignen los recursos necesarios para asistir en la emergencia”.

También, por presuntas fallas en su accionar, fueron imputados el despachante policial Héctor Roberto Herrera, el jefe de Despacho de Emergencias Policiales Gustavo González y el supervisor de Despacho Domingo Normando Corbera.