“No te duermas que termino con vos y tus hijos”. Era viernes 8 de marzo a la noche, el Día Internacional de la Mujer. La amenaza partía de la boca del marido de Paola Córdoba (38), con el que estaba en pareja hacía más de veinte años y con el cual tenía cuatro hijos. Esta vez el miedo no fue el de siempre; llegó a un límite y la mujer temió por la vida de los suyos. Lo atacó a cuchillazos hasta matarlo, después llamó a la policía y se entregó. Ayer el magistrado ordenó la liberación de esta mujer y su hija de 18 años, que participó del ataque, tras una semana de encierro.
Anoche, Gloria y María -hermanas de Paola y tía de Milagros- se abrazaron con las dos mujeres que por fin recuperaban la libertad. Las acusadas lloraron de emoción junto a sus familiares que no se movieron de la puerta del juzgado. Los abogados informaron a PERFIL que el juez de garantías les otorgó la excarcelación extraordinaria, aunque “no se hizo efectiva porque no estaba presente la representante del Ministerio Público Fiscal para ser notificada”. Tiene hasta 48 horas para apelar o no a la resolución por el crimen de Alberto Naiaretti (64).
El juez de Garantías 4 de San Martín, Alberto Brizuela, escuchó a las dos mujeres detenidas en una audiencia que comenzó cerca de las 14 y duró una hora. El encuentro había sido solicitado por el abogado de las mujeres, el defensor oficial Javier Chirinos, junto a su par Andrés López. El pedido era que Paola y Milagros fueran excarceladas “para que se haga justicia” porque el crimen se dio en “un contexto de violencia histórica”. También estuvo presente la fiscal del caso, Silvia González Bazzani. A las 19.30 el magistrado resolvió excarcelarlas.
“Consideramos que este hecho se realizó en una situación de violencia de género histórica, de muchos años, más de veinte años, que sufría Paola, esta violencia era económica y física; de tortura y prostitución. No solo ella sino también sus hijos”, explicó el defensor oficial en la puerta de los tribunales de San Martín.
Un sinfín de denuncias. Los abogados que acompañan a la familia de Paola pudieron recopilar unas veinte denuncias por amenazas y maltrato a lo largo de las dos décadas. Durante muchos años Paola pidió ayuda, pero no la recibió. Y una y otra vez volvía a esa casa en la calle 18 de Octubre al 800, en José C. Paz.
“Más de veinte denuncias ha realizado Paola pidiendo ayuda. Hoy (por ayer) pedimos algunas que había hecho en sede policial, y también había hecho en fiscalía. Fue a un refugio de Morón y ni siquiera la han atendido. Solo le dieron cien pesos para que se vaya porque no era de su jurisdicción y la mandaron a José C Paz”, detalla el abogado López.
"Son mujeres que se defendieron de un monstruo. Esperamos que puedan vivir en paz"
“Son mujeres que se defendieron de un monstruo. Esperamos que puedan vivir en paz, ya que estuvieron 22 años presas de un monstruo y de todo un sistema perverso que las sigue victimizando, maltratando y matando su alma con la detención”.
“Paola hizo innumerables requerimientos, no solo a la Justicia sino a otro tipo de organismos como la Dinaf (Dirección Integral de Niñez, Adolescencia y Familia de José C. Paz) y a lugares con abogados de asistencia gratuita, y nadie le dio respuesta”, completó el otro letrado, Chirinos.
Por su parte, Gloria contó a este diario que ella misma acompañó a su hermana a realizar las denuncias. “Mi hermana aparecía toda golpeada en mi casa y como familia no es que no hacíamos nada. Hacíamos denuncias y no pasaba nada. A veces nos decían que le iban a poner un psicólogo, y lo que mi hermana necesitaba era ayuda para poder salir”.
“Se quedaba unos días en casa y después aparecía él a buscarla. Mi hermana le tenía terror, la acusaba de haber abandonado a los nenes y ella volvía. Acá hay dos culpables. Uno es este monstruo y el otro el Estado que la abandonó”.
Alberto Naiaretti fue hallado asesinado el sábado 9 de marzo pasado en su casa. Su esposa fue la que llamó al 911 para avisar que lo había asesinado a puñaladas y como en la pelea también intervino la hija mayor del matrimonio, ambas mujeres terminaron detenidas.
Las dos confesaron el crimen ante la fiscal, pero explicaron que desde hace años eran víctimas de violencia intrafamiliar
Las dos confesaron el crimen ante la fiscal, pero explicaron que desde hace años eran víctimas de violencia intrafamiliar. “Yo maté a mi marido porque sabía que él me iba a matar”, declaró la esposa. Además explicó que aquella noche la discusión comenzó porque el hombre la llevaba a prostituirse a la ruta 8 y ella le dijo que no quería hacerlo más.
El cuerpo que nadie quería retirar
Alberto Elvio Naiaretti murió en la habitación de su casa, luego de que su esposa y una de sus hijas le clavaran más de 180 puñaladas. Las mujeres vivían en un ambiente de violencia ya que este hombre las maltrataba física, psicológica y verbalmente. Nadie retiró el cuerpo hasta el jueves pasado. Seis días estuvo en la morgue judicial.
“Naiaretti tiene dos hermanos con los que tenía algo de contacto, pero en general no tenía vínculos cercanos con ellos”, relata a PERFIL uno de los letrados que representa a la familia, Andrés López. Pero no habían ido a retirar el cuerpo hasta el jueves último.
Una hermana de Naiaretti se hizo cargo del trámite administrativo para retirarlo y sepultarlo.
Los peritos que realizaron la autopsia determinaron que Naiaretti recibió 119 cuchillazos en la región del tórax. El resto fueron distribuidos por el abdomen, el cuello, la cabeza, los brazos y uno en la espalda. Los médicos de la Policía Científica de San Martín le informaron a la fiscal que la mayoría de la puñaladas eran superficiales, salvo cuatro que eran profundas y afectaron el corazón y el pulmón izquierdo. Esas últimas fueron las que le causaron la muerte a este hombre de 46 años.