POLICIA
pidieron EL traslado “urgente” del CAPO NARCO rosarino

Cuáles fueron las fallas en el control a Alvarado, tras su frustrado intento de fuga del penal de Ezeiza

Luego del intento de escape en helicóptero de la cárcel de Esteban Lindor Alvarado, la Justicia había ordenado una serie de medidas para reforzar su vigilancia y desactivar su operatoria. No se cumplieron. El condenado a cadena perpetua, tenía que estar aislado de personas vinculadas con el narcotráfico, pero aún compartía pabellón con dos de los tres internos con los que se cree que iba a salir volando del penal, en marzo pasado. No se colocaron inhibidores de celular ni blindex para evitar que pasaran papeles con información a quienes lo visitaran.

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Operativo. La Policía secuestró la aeronave que compró Esteban Alvarado para fugarse en marzo último. | P.F.A

El capo narco Esteban Lindor Alvarado había ideado, en marzo pasado, un sofisticado plan para escapar volando del penal federal de Ezeiza, donde cumple una condena a prisión perpetua. Pero la fuga fue frustrada el mismo día en que determinaron su concreción. Desde entonces, la fiscalía que investiga al Esteban solicitó una batería de medidas para reforzar la seguridad y reducirle al mínimo las posibilidades de que siga operando desde el encierro, limitándole las comunicaciones y hasta evitando que pudiese mandar mensajes en papeles. Pero, tras una revisión al penal, se descubrió que la mayoría de las pautas no se cumplieron y el rosarino seguía compartiendo pabellón con dos de los tres internos con los que se cree que iba a intentar huir.

Luego de que se descubrió el plan de fuga, a Alvarado lo cambiaron de pabellón y lo reubicaron en un lugar en que el área de esparcimiento tiene un techo enrejado. Pero no lo separaron de sus supuestos cómplices del intento de fuga del pasado 10 de marzo. No se habían colocado inhibidores de celulares, como se había solicitado, ni habían adaptado con blindex el sitio en donde tenía visitas para evitar que pudiera enviar mensajes en papelitos. Sí era vigilado con cámaras de seguridad, pero en el lugar de monitoreo “no había nadie observando las imágenes” en tiempo real, según pudo conocer PERFIL sobre el detalle de las fallas.

El Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de Rosario ordenó, la semana pasada, “en carácter de urgente”, el traslado del capo narco a “otra unidad de detención del Servicio Penitenciario Federal” y “ordenar al nuevo lugar de alojamiento que deberá dar cumplimiento a todas las medidas indicadas”. 

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Seguía en el mismo pabellón con los internos con los que se cree que quería huir

Hasta que se realice el traslado ordenado, el TOF 2 intimó al jefe del Complejo Penitenciario Federal I (CPF) “a fin de que arbitren las medidas necesarias para que se cumpla todo lo oportunamente ordenado”. Además se pidió al delegado de Casación en funciones en esa cárcel de máxima seguridad que informe cada 15 días el cumplimiento de las medidas dispuestas hasta que se concrete el traslado, se lee en la resolución a la que accedió este diario.

También se dispuso reenviar una copia de las actuaciones al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional 2 de Lomas de Zamora para que se investigue si existió un “delito de orden público”.

Esto se determinó luego de una visita a Ezeiza del fiscal federal Fernando Arrigo, quien había solicitado una serie de medidas de control y vigilancia y que la Cámara de Casación había avalado en mayo último para que se pongan en práctica.

Pedido. “El Esteban”, como le dicen, estaba en un pabellón con mayores normas de seguridad, pero seguía junto a dos de los tres internos con los que había intentado fugarse. Uno de sus aún compañeros de pabellón era Claudio Javier Mansilla (ver aparte), según detallaron fuentes del caso a PERFIL. Contaba con un teléfono fijo a disposición y “sin un registro de las personas con las que hablaba”.

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Esteban Lindor Alvarado.

No se habían instalado inhibidores de celular, porque, según se argumentó, la cercanía al Aeropuerto de Ezeiza no lo permitía. Tampoco se había adaptado el lugar de visitas con blindex como se había solicitado para evitar que pueda pasar información u órdenes por escrito. Justamente, limitarle el uso de papeles era una de las medidas interpuestas.

El TOC 2 había ordenado alojar a Alvarado en una celda individual y, de no ser posible, que se lo reubicara en otro sector cuyo control “sea riguroso y estricto” y “no mantenga contacto con otros internos procesados y/o condenados por delitos vinculados con el narcotráfico o el crimen organizado”.

El resto de las medidas consistía en realizar requisas sorpresivas; le prohibieron las comunicaciones con celular; instalar inhibidores de telefonía móvil en el pabellón o módulo donde esté alojado; realizar un monitoreo y control directo con cámaras de videovigilancia; disponer una grilla con nombre y apellido de las personas –con sus correspondientes números telefónicos–, respecto de las cuales el imputado pueda mantener comunicaciones a través del teléfono de línea fija de acceso público; las únicas personas autorizadas a visitarlo son las que figuren en esa lista con las que pueda comunicarse por teléfono y, de concretarse, la visita en el lugar de detención deberán realizarse en espacios de visitas con blindex de por medio y evitarse el suministro de útiles de escritura.

Alvarado fue condenado en junio del año pasado por la justicia santafesina a prisión perpetua como jefe de una asociación ilícita y por los delitos de homicidio, amenazas y lavado de activos

Unos días después, la justicia federal lo condenó a 15 años de prisión por transporte de estupefacientes.

 

El plan de vuelo

Según el plan, en 20 segundos, un helicóptero iba a sacar al capo narco Esteban Alvarado del penal federal de Ezeiza donde cumple su condena a prisión perpetua, por liderar una asociación ilícita y por el asesinato del prestamista Lucio Maldonado. Pero no se concretó

Alvarado había ordenado la compra de un Robinson 44 y lo plotearon de negro. Y luego fue guardado en un hangar en la ciudad de Gualeguaychú. El objetivo era llegar al Complejo Penitenciario de Ezeiza en la tarde del viernes 10 de marzo, en el momento en que los internos salen a jugar al fútbol o estar al aire libre fuera de sus celdas.

En ese momento, el helicóptero iba a descender y antes de tocar suelo, Alvarado se iba a colgar en una especie de red y así iba a volar hasta la localidad bonaerense de General Rodríguez, donde lo esperarían otros miembros de su banda para esfumarse. “Los vamos a sorprender a todos”, se jactaba en los diálogos por WhatsApp que tenía con Lobo, el piloto y cómplice en el armado de la logística. 

El increíble plan de fuga de un capo narco para huir de prisión

No se iba a escapar solo, según los investigadores, se sospecha que lo iban a acompañar Alan Funes (condenado a más de 30 años por homicidio y narcotráfico), Claudio “Morocho” Mansilla (fue condenado por un doble homicidio y recapturado el año pasado luego de fugarse del penal de Piñero en 2021) y Facundo Nicolás Muñoz (fue absuelto por el crimen del líder de Los Monos Claudio “Pájaro” Cantero y cumple condena por integrar una banda narco). Todos son rosarinos y junto a Alvarado se encontraban alojados en ese momento en el Pabellón E del Módulo 3.

Cuando el operativo rescate estuvo en marcha, dos de los eslabones externos de esta logística fueron detenidos por la Policía Federal que estaba al tanto del plan y  seguía la investigación junto a los fiscales de la Procunar, Diego Iglesias, la fiscal federal Cecilia Incardona y de efectivos de las Direcciones de Seguridad y de Inteligencia del Servicio Penitenciario Federal (SPF).

Así el cinematográfico plan de fuga se frustró.