Le dieron 12 años de prisión por abusar sexualmente de una menor. Pero el acusado no escuchó la condena, porque en el recinto sólo estaba su abogado. El hombre, ese mismo día, se cortó la tobillera electrónica que lo monitoreaba y se fugó. Su imagen se viralizó por las redes sociales.
La tobillera de Manuel Humberto Rivas (33) se había apagado. El alerta saltó el mismo día en que se conocía el veredicto del juicio que se desarrollaba en su contra en la localidad rionegrina de Cipolletti.
Rivas no tenía la obligación de presenciar la audiencia que se llevó a cabo el martes último, porque en su nombre concurrió su abogado. Pero, al parecer, este hombre no tenía planeado esperar el monto de la pena sentado en su casa. Decidió fugarse.
La tobillera que transmitía su ubicación por GPS dejó de funcionar y cuando efectivos policiales fueron a buscarlo en la vivienda donde tenía fijado el domicilio, ya no estaba. El dispositivo había sido desactivado. Rivas gozaba de libertad pero era monitoreado constantemente por la tobillera electrónica. Había estado detenido, hasta que se le venció la prisión preventiva y fue excarcelado.
El acusado fue denunciado a mediados del año pasado por la mamá de la nena abusada, de 11 años. Según declaró la menor en cámara Gesell sufrió los abusos entre diciembre de 2017 y julio de 2018. Este hombre buscaba excusas para quedarse a solas con la víctima, su sobrina.
Cómo es la mente de un abusador de menores
Los jueces Guillermo Baquero Lezcano, Álvaro Meynet y Marcelo Gómez condenaron a Rivas a 12 años de prisión bajo la calificación legal de abuso sexual con acceso carnal reiterado, informó La Mañana de Cipolletti.
MC