La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) descubrió un cargamento de cocaína que estaba oculto en el estacionamiento de un hotel del barrio porteño de Balvanera, donde se sospecha que enfriaban la droga para después entregarla a los revendedores.
La investigación llevó varios meses. Se inició a mediados del año pasado siguiendo la pista de tres hermanos que viven en la ciudad de Perico, provincia de Jujuy, y que supuestamente se encargaban de comprar la droga en La Quiaca y Orán (Salta) para luego enviarla a la Ciudad de Buenos Aires en camionetas y autos. Según las fuentes, el traslado de las sustancias se hacía siempre con el apoyo de un coche “barredor” que reportaba los controles ruteros para evitar inconvenientes.
Este jueves 24 de febrero, en horas de la mañana, oficiales de la fuerza que conduce José Glinski allanaron el hotel y en el estacionamiento descubrieron 21 kilos de cocaína que estaban ocultos en dos vehículos. Además, hallaron dinero en efectivo y demoraron a tres personas.
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De acuerdo con los voceros, poco después se llevaron a cabo otros cuatro allanamientos en la provincia de Jujuy (tres en Perico y uno de Monterrico), donde secuestraron una balanza, un auto, teléfonos celulares y otros elementos de prueba.
El director nacional de la PSA reconoció que “el resultado de la investigación visibilizó la dinámica federal del narcotráfico”. “Se advirtió un movimiento interjurisdiccional de las actividades desplegadas por esta organización”, señaló Glinski, y destacó “la dimensión logística para realizar el traslado del cargamento”. “Contaban entre sus filas con actores encargados de establecer diagnósticos sobre los controles policiales como una forma de reducir los niveles de incertidumbre del contexto”, explicó.
Producto de intervenciones telefónicas, los investigadores determinaron que los sospechosos estaban viajando hacia Buenos Aires, por lo cual se montó vigilancia en el lugar habitual utilizado para descansar. Tras verificar maniobras similares, la Justicia ordenó los allanamientos y las detenciones.
“La conexión con Buenos Aires ratifica la dimensión económica del delito”, sostuvo Glinski. “En esta jurisdicción se delimitan los mercados de consumo y es donde se genera la rentabilidad del negocio. Aún no podemos establecer si parte de la cocaína tiene un destino internacional”.
