Las cárceles federales y bonaerenses están superpobladas. No es novedad. El problema es que frente a un caso de coronavirus intramuros, el virus podría tornarse incontrolable. Por eso, desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación brindaron una serie de recomendaciones a los detenidos y sus familiares más cercanos. Los consejos pasan por "evitar compartir el mate" y "ventilar los ambientes" de las celdas.
Frente a la emergencia sanitaria, la cartera que conduce Marcela Losardo instó a los detenidos a "limpiar periódicamente las superficies y los objetos que se usan con frecuencia; y evitar compartir vasos, utensilios, mate".
Además, sugieren "consultar inmediatamente al personal de salud del establecimiento penitenciario ante la presencia de tos, fiebre, dolor de garganta y dificultad para respirar" y "lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón".
Losardo también ordenó capacitar al personal ministerial y del Servicio en el manejo de la crisis sanitaria, y autorizar licencias especiales a aquellas personas provenientes de zonas de transmisión de coronavirus, mayores de 60 años, embarazadas, personas con enfermedades preexistentes consideradas de riesgo, y a padres con hijos a cargo en edad escolar.
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Sin salidas. Por la pandemia declarada, la Justicia suspendió las salidas transitorias al punto que también evalúan alternativas a la detención de pacientes en riesgo o con enfermedades preexistentes.
Uno de los primeros detenidos que intentó aprovechar esta situación es el empresario gastronómico Horacio Conzi (61), quien se encuentra detenido en la cárcel de San Martín por el crimen de Marcos Schenone, ocurrido en enero de 2003 en San Isidro.
Conzi pidió el beneficio del arresto domiciliario porque presenta una enfermedad coronaria preexistente, un tipo de arritmia -fibrilación auricular- que lo obliga a estar anticoagulado y a someterse a controles permanentes.
Hasta el año pasado gozaba del beneficio del arresto domiciliario pero la medida fue revocada cuando se comprobó que salía de su casa.
Otro que realizó una presentación similar es un secuestrador: Luis Alberto Villagra, condenado a 20 años de prisión por haber raptado a una pareja en 2015 -la mujer, además, fue sometida sexualmente-.
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En el caso de Villagra, que tiene una enfermedad preexistente -es portador de HIV-, fuentes judiciales indicaron que el pedido ya fue rechazado por el Tribunal Oral Federal 2 de San Martín.
En los penales bonaerenses, la situación de hacinamiento es alarmante. Según un informe reciente de Casación Penal, la capacidad de alojamiento es de 25 mil personas y en enero pasado había 48.827 reclusos, casi el doble.
Atendiendo esta situación, las autoridades del Ministerio de Justicia bonaerense, junto a médicos de la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria, recorrieron pabellón por pabellón para brindar charlas informativas sobre cómo prevenir al virus originario de China.
A la fecha, eran unas 41.260 las personas privadas de libertad de 48 establecimientos penitenciarios que habían implementado algún tipo de limitación a las visitas como una medida de prevención. Solo el 5 por ciento de la población recibirá sus familiares en los próximos dos fines de semana.
