Claudia Ercoreca (39) sostiene con su mano derecha una valija negra con rueditas. Tiene el pelo corto, lacio y platinado. A su lado está su pareja, Germán Fitzi (30), con una bandolera, una bolsa con dos botellas de gaseosa y su pequeño hijo en brazos. El otro nene, de 3 años, está junto a ellos. La familia se encuentra en la terminal de Santa Teresita y tiene pasajes con destino a la ciudad de La Plata.
Parece una situación normal, de una familia cualquiera, hasta que llega la policía y detiene a la mujer. La acusan de haber matado a su madre. Los Fitzi llevaban casi un mes desaparecidos y más de mil kilómetros recorridos siguendo la ruta que les indicaba las “voces del más allá”.
Desde el 22 de enero pasado Claudia era buscada por “homicidio calificado por el vínculo”. Según la investigación había dejado a su madre, Lira Facchin (76), sola, acostada en un colchón en su casa en Ramos Mejía sabiendo que la mujer no podía moverse. Ese día la policía ingresó a la fuerza a la propiedad y descubrió el cuerpo de la víctima en avanzado estado de descomposición.
Lira había muerto en la misma posición en la que la había dejado su hija, unos diez días atrás.
“La mujer estaba desnutrida y deshidratada”, detalló a PERFIL el fiscal de la causa, Carlos Arribas, según el informe de la autopsia.
“La mujer no podía estar sola y estaba bajo la responsabilidad exclusiva de Claudia, que la abandonó con un fin claro: la muerte”, explicó el fiscal.
Cuatro días después fueron detenidos en la terminal de micros de la localidad balnearia de Santa Teresita. “La última vez que supimos de ellos fue el 29 de diciembre, cuando mi ex esposa fue hasta la casa de mi hijo, y mi nuera la sacó a los gritos. Mi hijo se quedó en la puerta de la casa llorando y con uno de sus hijos en brazos”, explicó entonces Jorge, padre de Germán, a la prensa.
GPS. “Las voces del más allá les indicaban adónde tenían que ir y debían obedecer porque si no, la iban a pasar mal, eso fue lo que explicó el marido de Claudia en su declaración testimonial”, detalló el fiscal. “El –por Germán, el marido– argumenta que seguía a Claudia porque tenía miedo por los chicos”.
La familia viajó de Isidro Casanova a Bolívar, luego al barrio porteño de Constitución. Después fueron hasta Retiro, donde se tomaron un micro con destino a Santa Teresita. En total recorrieron 1.039 kilómetros siguiendo los mensajes que les transmitían “las voces”.
Según se pudo reconstruir en la causa, el 12 de enero Claudia retiró a su madre del hospital en donde estaba internada y la dejó encerrada en su casa de Ramos Mejía. Ese mismo día, los Fitzi abandonan su casa en Isidro Casanova y viajan unos 320 kilómetros hasta la ciudad de Bolívar. “Las voces les habían dicho que vayan a esa ciudad para reconstruir la historia de los padres de ella”, describió el fiscal. Claudia es oriunda de ese partido, ubicado en el centro norte de la provincia de Buenos Aires. Allí vivió con sus padres hasta sus 11 años; luego se mudaron a Ramos Mejía, una localidad del oeste del conurbano bonaerense.
La familia Fitzi se hospedó en un hotel durante seis días. Luego se trasladaron otros 326 kilómetros hasta el barrio porteño de Constitución. Allí también pararon en un hotel.
Según los testigos, Claudia fue vista en la casa de su mamá en Ramos Mejía el 20 de enero. Ingresó al departamento, sacó dos bolsas de consorcio y se fue. La autopsia determinó que ese día falleció la mujer. Dos días más tarde, la acusada regresó a la propiedad y fue hasta la comisaría de la zona a denunciar que había encontrado a su madre muerta. Les dijo que iba a contactarse con una cochería y que regresaría. Pero no volvió.
En cambio, se reencontró con su familia. Viajaron desde Retiro unos 345 kilómetros en micro hasta la ciudad balnearia de Santa Teresita. Tres días después fueron detenidos cuando estaban a punto de partir rumbo a La Plata. Claudia llegó a ese destino: desde ayer está internada en el neuropsiquiátrico de la localidad platense de Melchor Romero.
Claudia quedó alojada en un psiquiátrico
El peritaje psiquiátrico determinó que la mujer acusada de matar a su madre, Lira Facchin, encontrada muerta el sábado último en su departamento de la localidad bonaerense de Ramos Mejía, sufre alucinaciones y es “peligrosa para sí y para terceros”. Fue internada en el hospital penitenciario de Melchor Romero.
Claudia Ercoreca (39) fue internada el jueves por la noche en el pabellón neuropsiquiátrico de la Unidad 45 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), ubicado en el partido de La Plata.
Los resultados de los estudios realizados por la Asesoría Pericial de La Matanza concluyeron que Ercoreca padece “síndrome delirante alucinatorio con temática mística y mágica, con interceptación y actos de obediencia a la temática delirante”.
Ahora el fiscal Carlos Arribas ordenó nuevos peritajes psicológicos y psiquiátricos más específicos a la acusada, con el objetivo de determinar si comprendía la criminalidad de sus actos, para así determinar si es imputable o no.