Una de las hijas de Jorge Rithner, el hombre de 67 años que murió en la ciudad bonaerense de Baradero luego de recibir una trompada tras una discusión de tránsito, aseguró que el agresor, de 21 años, “no se defendió” sino que “tuvo la intención de lastimarlo” y que espera que la causa siga caratulada como un “homicidio simple”.
“Queremos que (la causa) quede en homicidio. La persona que mató a mi padre no puede decir que se defendió. No es que lo empujó, lo noqueó”, dijo ayer Virginia al canal C5N que fue testigo presencial del hecho.
“Podría haberlo empujado, podría haberse corrido; él quiso tirarle (una trompada) a matar. Si él quería no lastimarlo, lo hacía. A un viejo no se le pega. Mató a un hombre de casi 70 años delante de sus hijas y delante de sus nietos”, agregó.
La hija explicó que todo ocurrió el sábado pasado. “Íbamos en el auto con mi papá, mi hermana más chica y con nuestros dos bebés, mi bebé de cuatro meses y mi sobrina de tres años. Íbamos a comprarle un regalo a mi sobrina que al otro día era su cumpleaños”, recordó y explicó que, en esas circunstancias, cuando circulaban por la calle Santa María de Oro, sintieron el choque desde atrás de un motociclista.
“Papá se pegó el susto de su vida. Se baja del auto y le dijo ‘¡vengo con dos bebés!’. A él no le importaba el auto sino los nietos que venían adentro”, señaló.
Virginia explicó que el motociclista dijo que “no tenía seguro” y que, en ese momento, se inició en el lugar una discusión y un “forcejeo” porque en un momento pensaron que el joven se quería escapar del lugar.
En ese contexto, contó la mujer, su padre le pegó “un manotazo” al conductor de la moto. “Cuando miro, estaban en la vereda y el pibe se para, se posiciona, y le tira con la mano derecha y le pega del lado izquierda en el oído y papi cae desde arriba del cordón ya inconsciente. Yo pensé que había tenido un infarto”, relató la testigo.
El hombre fue llevado por la ambulancia al hospital local donde lo cosieron por una herida en la cabeza, pero luego descubrieron que tenía un coágulo. “Mochi”, como le decía su familia, permaneció internado hasta que falleció el miércoles último.
El agresor quedó detenido el mismo día del hecho por orden del fiscal Hernán Granda, quien lo imputó por el delito de “lesiones graves”.
Sin embargo, tras el deceso, la causa quedó recaratulada como “homicidio simple” –con pena de 8 a 25 años de prisión–, y en los próximos días el juez de Garantías resolverá si lo convalida o considera que debe ser imputado por un delito menos gravoso.