POLICIA
en diez dias la justicia debe definir la situacion de la menor

Obsesión fatal: los celos y la envidia serían el móvil del crimen adolescente en Ceres

Fernanda Chicco tenía 18 y apareció muerta el pasado 15 de febrero. La presunta asesina tiene 16 y está detenida. Mañana, la familia de la víctima marchará pidiendo justicia.

Enfrentadas pero iguales. Fernanda Chicco, la víctima, tenía 18. K.Ñ., la presunta asesina, 16.
| Cedoc

María Fernanda Chicco (18) tenía el pelo negro y largo hasta la cintura. K.Ñ. (16) se habría puesto extensiones para igualar ese largo. A Fernanda le gustaba pintarse los labios de un rojo fuerte y resaltar su mirada con un delineador negro. K.Ñ. comenzó a maquillarse de la misma manera. La chica de 18 años se puso brackets y el mismo camino siguió la adolescente de 16. Las dos usaban el mismo collar: una bolita recubierta de pequeñas perlitas brillantes. Ambas quedaron enfrentadas por el amor del mismo joven.
Esta obsesión sería, según los investigadores, lo que habría motivado a la adolescente a asesinar de una forma “cruel y violenta” a su rival el 15 de febrero en la ciudad santafesina de Ceres.  
“Todos nos dicen que esta chica estaba obsesionada con mi hija. Cada vez que Fernanda subía una foto a Facebook con tal pose o tal ropa, ella lo copiaba. Mi hija tenía la costumbre de sacarle fotos a la comida y ella lo repetía”, enumera a PERFIL Silvia, madre de Chicco.

La jueza de menores de Rafaela María Feraudo, a cargo de la causa, tiene diez días para definir la situación de la joven, y al ser menor de edad podrían indicarle “acciones socioeducativas” que busquen su reinserción social. “Nosotros tenemos este tiempo para buscar elementos que demuestren que este crimen fue premeditado y con alevosía para garantizarnos una carátula que permita que la menor sea juzgada cuando cumpla los 18 años”, explica el abogado de la víctima, Hugo Parma. La familia convocó para mañana a una marcha de velas y silencio para “reclamar una medida justa contra esta chica” y que “cambien las leyes de minoridad”.

Final. Fernanda, la joven estudiante de cine, fue encontrada muerta en un aserradero. Le faltaban el celular y las ojotas y le habían cortado un mechón de pelo. Había sangre por todos lados producto de los puntazos que le habían propinado con tijeras y cuchillos. También había sido ahorcada con un alambre.
La bicicleta con la que se había dirigido a ese lugar estaba sobre su cuerpo sin vida. Ella salió de su casa cerca del mediodía del domingo 15. La joven había recibido un mensaje del celular de su novio Rodrigo que le decía que la esperaba en un aserradero. Pero  no fue así. Rodrigo denunció que la presunta asesina le había robado el teléfono y desde allí habría escrito el mensaje. “Me sacó el celular cuando me dormí. Le mandé un mensaje a Fer avisándole que ella se había llevado el teléfono y al otro día, por medio de Facebook, le afirmé que seguía sin celular”, aclaró. “Jamás desearía que le pasara algo, jamás sería cómplice de algo semejante”, remarcó, y agregó que la acusada “era una ex que no quería salir de mi vida”.
Las cámaras de seguridad de la zona registraron a K.Ñ. arrastrando el cuerpo de Fernanda. “Cuando aún estaba buscando a mi hija fui hasta su casa para saber si ella sabía algo. Con una frialdad indescriptible me miró a los ojos y me dijo ‘No la vi’”, recuerda con indignación Silvia.

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“Estamos en presencia de una psicópata que tenía conciencia de lo que hacía. Este tipo de personalidades se caracterizan por presentar falta de consideración, falta de afecto y ausencia de culpa. En este caso, la acusada no tenía culpa y lo demostró en el tratamiento posterior a la muerte”, dijo Parma.
K.Ñ. siguió su vida con total normalidad: pasó la tarde con su familia, subió fotos a Instagram, participó de distintos festejos y le negó a la madre de Chicco haber visto a la joven. Fue detenida el mismo día del hallazgo del cuerpo en un cumpleaños. No opuso resistencia, tampoco se inmutó. El final de su rival estaba consumado.