Roldofo Palacios, autor de Conchita: Ricardo Barreda, el hombre que no amaba a las mujeres, brindó una entrevista a Perfil al cumplirse el 15 de noviembre de 2012, veinte años del cuádruple asesinato. Allí reveló algunos aspectos del femicida.
"Barreda era un hombre común, como cualquier otro; un dentista; un vecino ejemplar que no molestaba a nadie; un hombre que respetaba las reglas y que era un caballero en las reuniones sociales, incapaz de matar una mosca y que hasta ese momento no había maltratado, según testimonios, a su familia. Un hombre que de un día para el otro se mira al espejo y deja de ser el mismo y comete un acto del que no hay marcha atrás", explicó Palacios.
Asimismo, el autor continuó: "Creo que Barreda cala hondo por eso, porque era un profesional universitario de clase media, lo que se dice un tipo con calle capaz de emocionarse con una película de Fellini, de hablar de fútbol y de política y de historia civilizadamente. Me parece que en muchas personas está esa identificación de que el que mata pudo haber sido uno, porque que tan lejos está una persona de cometer un crimen. Si ustedes preguntan a las personas a qué remite la palabra 'Conchita', y probablemente les digan Barreda, porque es la palabra que por un lado, según él, es la palabra que le decía su familia".
"Cuando hay casos tan mediáticos, creo que declararlo inimputable para los jueces hubiese sido políticamente incorrecto"
"Por un lado es la palabra que lo hace enfurecer, pero por otro lado es la palabra que lo salva de parte de la sociedad que dice 'pobre tipo, le decían conchita, lo humillaban. Cuando hay casos tan mediáticos, creo que declararlo inimputable para los jueces hubiese sido políticamente incorrecto. De los tres jueces, uno era mujer y es la única que vota en disidencia porque considera que Barreda no había comprendido la crimilanidad de sus actos, que estaba loco. La defensa de Barreda le sugieren que le convenía pasar por loco para ir a un psiquiátrico", precisó.
En ese marco, Palacios hizo referencia al papel de Hilda Bono, amante del odontólgo: "La condena social para la amante de Barreda era muy fuerte porque primero era eso, la amante de un hombre casado con hijas y encima un asesino de mujeres. Ella tuvo problemas con sus hijas, quienes le reprochaban romper una familia, y cómo no se dio cuenta que estaba con ese tipo. Ella declara, no aporta demasiado, lo que dice en el expediente que Barreda tuvo sexo con ella pocas horas después de cometer el crimen".
"Lo que lo obsesiona a 20 años del crimen, es recuperar la casona de La Plata, donde se cometieron los crímenes"
Y concluyó: "Lo que lo obsesiona a 20 años del crimen, es recuperar la casona de La Plata, donde se cometieron los crímenes. El objetivo de él es recuperar esa casa porque hay un proyecto para expropiarla que ya tiene media sanción en la Legislatura bonaerense y todo hace indicar que la van a expropiar para convertirla en un centro de asistencia a las victimas de la violencia de género. El está desesperado por recuperarla, él quiere vivir en La Plata, donde cometió los crímenes supuestamente tuvo una vida infeliz. Creo que forma parte de una fantasía de Barreda que no va a poder cumplir.