En el marco de un encuentro virtual del Grupo de Puebla, el presidente Alberto Fernández comparó las estrategias contra el Covid-19 que siguen la Argentina y Estados Unidos y los números de fatalidades en cada uno de los países como el resultado inevitable de priorizar la salud o la economía en la lucha contra el virus. “En el dilema entre la economía y la gente, yo elegí la gente. Una economía sin personas es la nada misma”, aseguró el mandatario.
“En Argentina tuvimos el primer fallecido el 7 de marzo por coronavirus, Nueva York tuvo el primer fallecido una semana después. Hoy Estados Unidos tiene más de 7 mil muertos y Argentina tiene menos de 80”, aseguró Fernández antes de que la cifra local de fatalidades escalara un poco más. Y subrayó: “La primera pregunta que uno debe hacerse es qué diferencia central hubo entre una comunidad y otra. La primera es que a alguien le preocupó más que la economía no se desacelere y otro prefirió cuidar a la gente aunque la economía se caiga. Y estos son los resultados”.
El mandatario participó del encuentro vía Zoom al mediodía de ayer y desde la Residencia de Olivos junto a su canciller Felipe Solá y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello. Durante la apertura de la cumbre, a cargo de Fernández, el mandatario parafraseó al papa Francisco cuando aseguró que “nadie se salva solo. La sociedad organizada salva al hombre”.
“Lo primero que uno tiene que plantearse es el sentido y la lógica del capitalismo tal como lo hemos conocido, la lógica y el sentido de este capitalismo financiero que acumula sin solidaridad que solamente promueve la concentración del ingreso y en favor de muy pocos y en desmedro de millones”, subrayó Alberto. “Y para qué sirve eso si el mundo central que promueve todo eso, repentinamente queda sin nada y repentinamente sus economías comienzan a caer, repentinamente sus habitantes empiezan a caer enfermos como si nada”, completó.
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El encuentro original del Grupo de Puebla estaba pautado para mayo, en Santa Marta, Colombia. No obstante ello, la evolución de la pandemia y la cancelación de la agenda en gran parte de los países llevaron a posponer aquella cita e improvisar, en las últimas semanas, este encuentro virtual al cual se sumaron casi la totalidad de sus miembros, como el ecuatoriano Rafael Correa, el paraguayo Fernando Lugo, el boliviano Evo Morales y los brasileños Luiz Inácio Lula Da Silva –a cargo del cierre– y Dilma Rousseff.
La reunión se prolongó a lo largo de tres horas dividida en dos bloques de debate cerrado. Al final del encuentro, uno de los fundadores y coordinadores del Grupo que nuclea a líderes del espacio progresista, el chileno Marco Enríquez-Ominami, encabezó una teleconferencia de prensa junto a algunos de los “poblanos” y “poblanas”, tal como se denominan sus referentes. Allí notificó que se realizará un próximo encuentro virtual que se transmitirá por streaming para llegar a un mayor número de personas.
El documento final de la reunión pondera, en uno de sus puntos, la estrategia de aislamiento temprano impulsada por el gobierno argentino y hace propio el reclamo formulado ante el G20 para crear un fondo especial en el marco de la emergencia. También recoge preocupaciones en torno a diversas situaciones a nivel latinoamericano, como los impactos de la pandemia en Brasil y Ecuador, donde se acusa a la administración de Lenín Moreno de priorizar la persecución política al ex presidente Rafael Correa –miembro del Grupo que fue condenado esta semana–, en vez de atajar la crisis sanitaria.