La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó en primera instancia un fallo en el que se condena a un hombre a pagarle una indemnización de ocho millones de pesos a su ex esposa, quien debió abandonar su labor profesional para dedicarse de lleno a la atención del hogar durante casi 30 años. La medida judicial tuvo en cuenta la perspectiva de género y es la primera en conceder un monto tan elevado en materia de compensación económica.
La demandante, identificada como M. L., hoy tiene 70 años y es licenciada en Economía. Con su ex esposo, D.B., estuvieron juntos desde 1982 hasta 2009, y cuando se separaron ella comenzó a tener problemas económicos. "Luego de 27 años de matrimonio el accionado la abandonó cumplidos sus 60 años, edad en la que las mujeres obtienen el beneficio jubilatorio, viéndose privada de ingresar al mercado laboral", explica el texto judicial, firmado por la jueza Victoria Famá, del Juzgado Nacional en lo Civil N° 92.
El fallo tiene lugar en medio de los numerosos debates feministas que, entre otras cosas, cuestionan la distribución de la carga de las tareas hogareñas. Según un estudio reciente de Opinaia, en 7 de cada 10 hogares de parejas heterosexuales, las mujeres dedican 4 horas más por semana a hacer tareas de limpieza que los hombres. Solo el 37% de los varones afirman realizar esas tareas todos los días.
Las mujeres aún se ocupan el doble del hogar
“La dependencia económica de las esposas frente a sus maridos es uno de los mecanismos centrales mediante los cuales se subordina a las mujeres en la sociedad. (...) En la mayoría de las familias las mujeres todavía asumen principalmente la carga de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, aun cuando desempeñan alguna actividad externa”, resalta el fallo difundido este lunes 10 de junio, según publicó Página/12.
Con respecto a los ocho millones de pesos, la magistrada argumento que es “una suma razonable a fin de reequilibrar la situación económica dispar de los cónyuges resultante del matrimonio y su ruptura”. En el cálculo se tuvieron en cuenta “las circunstancias personales y situación patrimonial de las partes” y que M.L. es una profesional que resignó su desarrollo para ocuparse de los quehaceres domésticos. De acuerdo al texto, la suma hubiera sido la misma si la mujer no hubiera tenido una carrera o no hubiera abandonado su empleo para cumplir esas tareas.
AB/FF