Ocho cuadernos del chofer del ex secretario Roberto Baratta, Oscar Centeno, hicieron estallar una de las causas judiciales más disruptivas de la era democrática. Con minuciosas anotaciones sobre el presunto traslado de bolsos con dinero de coimas durante 10 años. El material, publicado por La Nación hace un mes y medio, permitió dar un impulso vertiginoso a una causa en la que están involucrados los principales empresarios del negocio de la construcción y ex funcionarios del ex Ministerio de Planificación, como presuntos organizadores y partícipes de una asociación ilícita.
Por impulso del fiscal Carlos Stornelli y del juez federal Claudio Bonadio, el expediente sumó numerosos empresarios “arrepentidos”, detenidos y también llevó tras las rejas, por prisión preventiva, a la plana mayor del ministerio que más fondos manejó durante el ciclo de gobierno kirchnerista. Entre los arrepentidos se destacan pesos pesados del mundo empresario como Gabriel Romero (Hidrovía SA), Juan Chediack (Chediack SA), Carlos Wagner (Esuco), Aldo Roggio (Benito Roggio y Clisa), Enrique Pescarmona (Pescarmona SA) y el primo del presidente Mauricio Macri, Angelo Calcaterra (Iecsa), entre otros.
A ellos se sumaron ex funcionarios que confirmaron la existencia de un extendido esquema de retornos. Entre ellos, Claudio Uberti, ex titular del Organo de Control de Concesiones Viales, y José López, ex secretario de Obras Públicas. También aportaron en la causa otros hombres del kirchnerismo, como el ex secretario de Juan Manuel Abal Medina, quien fue liberado cuando el ex jefe de Gabinete reconoció que recibió aportes para campaña.
Otras figuras permanecen detenidas que todavía no se han sumado a la ola de “colaboradores”. Son Gerardo Ferreyra (Electroingeniería), José María Olazagasti (ex secretario de De Vido) y el propio Roberto Baratta, figura central de la trama de los bolsos.