El Procurador General del Tesoro, Carlos Balbín, informó hoy al presidente Mauricio Macri que no acepta continuar en el Gobierno en ningún tipo de cargo, tras el pedido para que se aparte de su puesto como jefe de los abogados del Estado. "No acepté ni voy a aceptar ningún cargo", aseguró Balbín a PERFIL ante las versiones de que el funcionario estaba negociando un nuevo cargo luego del pedido de renuncia. Su salida desnuda una pelea por un puesto clave en los conflictos de intereses.
Además, tras su salida forzada, renunciaron dos subprocuradores y el director del área de auditorías de la Procuración, Guillermo García. Los dos primeros eran personas de confianza de Balbín, pero García es un funcionario de carrera del organismo y es quien dirigió la auditoría sobre el caso Correo Argentino SA, un informe que comprometería a funcionarios del macrismo y a la empresa de la familia presidencial.
Balbín era el responsable de defender los intereses del Estado frente a las grandes empresas que inician juicios económicos. El viernes, un miembro del gabinete le pidió la renuncia, luego de varios cortocircuitos, y le ofreció un cargo en Cancillería. Pero Balbín rechazó ocupar otro cargo en el Gobierno.
Balbín resistía en el cargo de Procurador desde diciembre, cuando comenzó una movida para moverlo de su puesto, un lugar codiciado por un sector del Gabinete que veía con disgusto algunas posiciones de Balbín en casos sensibles para el macrismo. Además de ordenar una auditoría para determinar si hubo irregularidades en la actuación del Ejecutivo en el caso Correo, el procurador saliente había pedido que la empresa Correo Argentino SA, de la familia Macri, deje sin efecto un millonario juicio que la compañía inicio contra el Estado nacional. También había exigido la realización de audiencias públicas por el aumento de tarifas.
Balbín es un hombre cercano a la diputada y armadora de Cambiemos, Elisa Carrió.