El último desplante de Sergio Berni colmó la paciencia en la Casa Rosada. Sin embargo, el ministro de Seguridad bonaerense resiste incólume en su cargo. En la definición que Cristina Kirchner hace sobre el funcionario, tal vez se encuentre la razón de su fortaleza: “Sergio es eficiente, eficaz y compañero”. La última provocación a la ministra nacional a cargo de la seguridad, Sabina Frederic, acentuó el malestar en varios despachos de funcionarios nacionales que, por ahora, intentan no dañar al gobernador.
“Estamos trabajando para que Axel no salga dañado”, cuenta una fuente del gobierno nacional para demostrar que la voz de la ex presidenta es la que manda cuando se trata de áreas que están bajo su influencia.
Luego de cuatro meses de desencuentros causados por el mediático ministro bonaerense, las administraciones nacional y provincial (que en esta etapa trabajan en sintonía en el tema sanitario) lograron sentar en una misma mesa a Berni y Frederic. El objetivo: diagramar cómo sería el desembarco de las fuerzas federales en el conurbano, que arrancó ayer en siete distritos, en medio de una escalada de inseguridad que ya empezó a preocupar a las autoridades y que castiga a la primera línea, que son los intendentes.
En la reunión del miércoles en Puente 12, hubo un tenso cruce entre ambos ministros que llegó a su punto álgido cuando Frederic le recriminó: “¿Vas a desenfundar o hacés esto porque soy mujer?”. La frase fue confirmada horas después por el propio Berni en un estudio de televisión.
Sabina Frederic cruzó a Sergio Berni: "¿Pensás que porque soy mujer me podés intimidar?"
A principios de mes, el funcionario protagonizó otro de sus desplantes cuando se presentó en el primer día de la última cuarentena estricta para recriminar el accionar de la Policía Federal. “Su comportamiento es responsabilidad del gobernador”, había dicho Frederic sobre aquel incidente.
La cuestión de fondo de la última reunión tenía que ver con el reclamo del bonaerense de tener el control de las fuerzas federales. “La Nación logró el objetivo propuesto, que es el de coordinar el despliegue de los efectivos en el territorio. Se resolvió tal como lo había planteado el gobierno nacional; lo que haga después Berni es parte de su estrategia”, intentan bajarle el tono en la Rosada. Esa estrategia, sostienen algunos, tiene que ver más con una ambición electoral a futuro que en reclamos genuinos sobre la seguridad. En el debate que generó la muerte de un ladrón a manos del jubilado Jorge Ríos en Quilmes, el funcionario bonaerense salió enseguida a marcar la cancha: “No justifico la acción, pero la entiendo”. Y fue más allá al afirmar que “hay una crisis de justicia muy importante que tiene que ver con liberar a los presos”.
El propio Berni sostiene que lo que pasó esta semana fue una operación en su contra, fogoneada por algunos medios. “¿Por qué voy a renunciar? Voy a renunciar el día que el gobernador me lo pida. Hay operaciones mediáticas que nada tienen que ver con la realidad”, respondió ayer Berni sobre los rumores de su renuncia. Y apuntó a “funcionarios del Gobierno nacional que deberían dedicarse a trabajar y no a armar operaciones mediáticas”.
