Mañana domingo en la casa que tiene en Villa Elisa el economista y empresario Gustavo Lázzari, “Lacha”, habrá un asado político. Es que allí se reunirán Patricia Bullrich con Ricardo López Murphy, quien ya blanqueó su intención de competir en la Ciudad, para una segunda foto en menos de diez días con un fuerte impacto en la interna de Juntos por el Cambio.
La imagen mostrará la consolidación de un acuerdo político que viene de larga data. Habrá invitados cercanos a ambos.
Sin embargo, la titular del PRO sostuvo esta semana que su precandidato en la Ciudad sigue siendo Jorge Macri, el ministro de Gobierno porteño, tal como se había comprometido con el expresidente en 2022.
Igualmente, Bullrich quiere colaborar con el Bulldog, aunque sea desde ponderar su trabajo y su carrera política, hablando de “los valores y la historia” que sustentan su figura.
Bullrich y López Murphy fueron compañeros de gabinete con la Alianza en 1999. Y en 2003 cuando el Bulldog se lanzó a la Presidencia – y quedó tercero -, su candidata a jefa de Gobierno fue la actual presidenta del PRO. En esa campaña fue muy dura con Macri, quien llevaba de compañero de fórmula a Horacio Rodríguez Larreta. Más historia: ganó Aníbal Ibarra con apoyo de Elisa Carrió. Un laberinto porteño.
En este marco, una posibilidad que se abre es que, si ganara la presidenta del PRO las elecciones, se lo lleve como ministro nacional. Bullrich ya viene sondeando intendentes, diputados, senadores y dirigentes para futuros cargos si le toca llegar a la Casa Rosada. Algunos se sorprendieron. Otros aceptaron. Otros aún repiten que el “operativo seducción” que encaró para sumar volumen político seguirá en estos meses.
Por su lado, no son todas rosas en el camino de López Murphy: el lunes habrá un encuentro del frente Republicanos Unidos, el sello que lo llevó como candidato en 2021.
Su decisión de avanzar en la Ciudad lo enfrentó a fin del año pasado con el legislador Roberto García Moritán y su aliado político, el funcionario Yamil Santoro, quienes pensaban que la mejor opción era que el Bulldog vaya en el ticket nacional.
Sin embargo, López Murphy, que se había entusiasmado con otra campaña presidencial, terminó reculando. En primer lugar porque sintió que no podía ser una “colectora” para sacarle votos a Bullrich dentro de JxC. En segundo lugar porque no tenía los fondos necesarios que implica una campaña nacional. Por ello, estuvo todo el año pasando evaluando qué hacer: desde no jugar y seguir siendo diputado nacional – donde se siente cómodo y cree que aporta a los debates nacionales -, ser candidato a senador nacional por la Provincia o, como por ahora esbozó, ir por la Ciudad con una propuesta liberal dentro de JxC. Hoy piensa que es una opción de centro derecha dentro del frente que, argumenta, no existe. i.
Este tema fue la gota que rebalsó el vaso con Moritán: en diciembre discutieron ya que el marido de Pampita tenía hasta un búnker propio en Palermo Soho como precandidato. Y jamás dejó de concurrir a las reuniones del gabinete de Larreta los miércoles como parte del interbloque legislativo. Hoy el Bulldog ha llegado a llamar “traidores”, en la intimidad, a Moritán y a Santoro.
