José Francisco López demostró ser su peor enemigo. Sin el poder ni la protección política y judicial, el ex secretario de Obras Públicas no contó con la red de contención estatal que cubrió sus pasos durante más de dos décadas, primero en Santa Cruz y luego en el gobierno nacional. Esta vez dejó los dedos pegados. Por eso el fiscal federal Federico Delgado cree que “Josecito” o “Lopecito –como se lo conoce al ex secretario de Estado y diputado por el Parlasur– tiene que haber sembrado pistas clave en su contra.
Las próximas medidas en la principal causa contra López –enriquecimiento ilícito– apuntan a revelar con quién habló el ex funcionario de Néstor y Cristina Kirchner antes de tomar la decisión de salir con un arma de guerra a esconder US$ 8.982.047 en un monasterio de General Rodríguez. El fiscal pedirá al juez federal Daniel Rafecas que ordene a la empresa telefónica que utilizaba López todas las llamadas entrantes y salientes de sus teléfonos, adelantaron fuentes judiciales a PERFIL. Apunta a saber con quién se comunicó no sólo los días previos al hecho, sino durante el último mes. Además pedirá que se desencripten los celulares para conocer los chats. López tenía dos iPhones, que cuentan con un sistema de seguridad casi inviolable, pero la fiscalía viene investigando cómo abrir el contenido de los teléfonos, y sabe que hay al menos una empresa privada extranjera que puede intentar recuperar esos chats.
Saber con quién habló López en el último mes, y especialmente en las últimas horas, es esencial para determinar por qué el ex funcionario tomó la drástica decisión de salir en su auto Chevrolet Meriva con casi US$ 9 millones y armado: si alguien lo alertó de un robo, de un procedimiento judicial o policial, si habló con autoridades, ex funcionarios o empresarios.
El fiscal Delgado también pedirá que se investigue el recorrido del automóvil que utilizó López desde su casa de Tigre hasta General Rodríguez. Pedirá los videos de los peajes, de las cámaras de seguridad de los municipios y la ubicación de las antenas de telefonía celular que detectaron el teléfono que llevaba consigo la madrugada del martes. Josecito tardó dos horas en llegar a General Rodríguez. El viaje no fue directo. La fiscalía pedirá que se investigue si paró en otros puntos de la provincia y la Capital Federal.
Las cámaras de seguridad del municipio de Tigre lo muestran saliendo de su casa en Dique Luján a la 1 de la madrugada. Se le pierde el rastro hasta que aparece a las 3 en General Rodríguez (ver página 4). En ese lapso, el Gobierno sospecha que López se hizo del dinero para cambiarlo de escondite. En su mansión no encontraron pruebas que indiquen que la tenía allí, pero no descartan nada.
El Ejecutivo intenta mantenerse al margen de la grotesca detención de López y asegura que ninguna de las fuerzas de seguridad estaban siguiendo los movimientos del ex número dos de Julio De Vido. Entre los escenarios que manejan, sin embargo, dan por descontado que alguien le filtró información sobre supuestos movimientos o allanamientos. Y que eso lo obligó a mover el millonario botín de manera apresurada. Las autoridades apuntan sobre todo a una fuente del ámbito judicial o de sectores de la inteligencia. “Hay mucho movimiento en la Justicia, por lo que puede haber habido una movida por ese lado”, sostuvo una importante fuente del Gobierno. De todas formas, no se animan a ser terminantes.
Tal vez la preocupación de López no se debía al expediente por enriquecimiento. Otra fuente oficialista deslizó la versión de que Alejandro Granados y Jorge Matzkin, ex hombres fuertes de la seguridad bonaerense (ex ministro y ex jefe de la Policía) pudieron haber alertado a López. Hablan de internas entre sectores del peronismo. En el entorno de esos dirigentes desmienten estar involucrados.
Granados es uno de los citados a declarar por el juez Martínez de Giorgi en la causa Sueños Compartidos. Un día después de la detención de López, el magistrado citó al ex funcionario y a los intendentes imputados a indagatoria. Todo indica que esa decisión se había tomado antes del martes.