"Yo no sé si llamarlos compañeros", bromeó Antonio Cafiero, histórico líder justicialista, al comenzar su discurso en el funeral de Recoleta, para darle el último adiós al ex presidente Raúl Alfonsín. Desde allí, agradeció a la familia por haberlo invitado y sentenció: "Yo tuve dos maestros en la vida, que me enseñaron todos lo que sé o mal sé. Uno se llamó Domingo Perón, el otro Raúl Alfonsín".
Cafiero destacó que "un buen político solo es aquel que tiene sueños y Alfonsín tenía sueños, soñaba con la juventud y con otros partidos" y enumeró que sus sueños eran "restaurar la democracia en la Argentina, hacer la de la Unión Cívica Radical un partido fuerte y poderoso, transformarlo en una gran fuerza transformadora, soñaba en que el consenso y la reflexión habría de imperar alguna vez en la vida argentina, desplazando a los excesos demagógicos, o al desconocimiento que guían el accionar político".
El ex secretario de Perón definió a Alfonsín como "un predestinado" porque "nació con una misión a cumplir y no rehusó a cumplirla". Y sentenció "Alfonsín es de todos".