POLITICA
DESAFÍOS PARA LA OPOSICIÓN DESPUÉS DE LA VICTORIA OFICIALISTA EN EL SENADO

La jugada para llevarse un triunfo, exponer al PJ y obligarlo a recalibrar

A la Casa Rosada le sobraron los votos para el Presupuesto 2026 pero aun así fue por el acompañamiento de algunos peronistas que también levantaron la mano. Los llamados y mensajes en plena sesión de algunos gobernadores. La necesidad de Bullrich de llevarse esos votos para mostrar una ruptura. Lo que puede venir con la reforma laboral. El peronismo apunta a construir un frente más homogéneo para la contienda de febrero. De los 28 senadores hay 25 que no serán funcionales a LLA.

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Jugadores. Moisés, Andrada y Mendoza en la sesión caliente. | cedoc

Los votos de los senadores peronistas no hacían falta. Al oficialismo le sobraban las manos para tener el presupuesto 2026. “Se vinieron de shopping”, les dijo un senador del interbloque Popular cuando se cruzó en el pasillo a Diego Santilli y a Eduardo “Lule” Menem. Ese mismo legislador venía de hablar con Patricia Bullrich. La titular del bloque La Libertad Avanza reconocía que estaban holgados y que no necesitaban de la banca más opositora pero que su apoyo tenía el objetivo de mostrar un peronismo roto.

El oficialismo consiguió tres nombres: Carolina Moisés (Jujuy), Guillermo Andrada (Catamarca) y Sandra Mendoza (de Tucumán) del bloque Convicción Federal le dieron su apoyo al presupuesto, incluido el capítulo 2 que contenía el ajuste a la educación. Este espacio forma parte del interbloque Popular que conduce José Mayans pero acaba de mostrar autonomía.

Lo cierto es que la oposición peronista nunca tuvo los votos para voltear el capítulo del presupuesto más polémico después de la eliminación en Diputados de la derogación de las leyes de discapacidad y financiamiento universitario. Si bien en las últimas horas la tensión mediática se había posado sobre el artículo 30 el bloque Popular nunca logró un conteo cercano al que supo tener con la antigua composición.

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“Ellos tienen arriba de 40 votos asegurados para lo que viene. No hay que mirar solo a los 21 del bloque libertario y los 3 del PRO. Hay que mirar a todos los que están dispuestos a acompañarlos en un contexto de luna de miel con el oficialismo y ese número hoy en el Senado lo tienen garantizado”, evalúan. Por eso los votos peronistas esta vez no hacían falta.

Los llamados iban y venían. “Abstenete”, le decían a Carolina Moisés desde Sergio Massa hasta Juliana Di Tullio. No lo hizo, votó a favor del presupuesto y hasta del capítulo 2 por el que el peronismo le pedía la abstención. Pero la senadora de Jujuy tiene distintas terminales. En el peronismo admiten que no la pueden controlar y juega su propio partido. Los gobernadores de Catamarca, Raúl Jalil; y de Salta, Gustavo Sáenz, son los otros dos dirigentes que pueden tener acuerdos con la legisladora que puede pasar de votar con el peronismo a acordar con el oficialismo.

En plena sesión, estos dos jefes provinciales le aseguraban que la abstención no alcanzaba. El oficialismo decía que se bajarían algunos radicales más y que los santacruceños tampoco acompañarían el artículo del ajuste educativo. Decían que solo tenían 36 votos, necesitaban el suyo. Se los dio. Moisés también conoce muy bien al apellido Menem y a Diego Santilli. “Se conocen de los 90, cuando todos eran peronistas”, explican. Contactos no le faltan.

“Miran al Senado pero ¿qué pasó con este punto en Diputados? No se dieron cuenta de que estaba o acordaron que pase desapercibido por el lugar en la AGN?”, responde un legislador sobre las críticas de los peronistas intransigentes de la Cámara alta.

Sandra Mendoza tampoco tiene una terminal fija. Algunas veces suele responder al jefe provincial de Tucumán, Osvaldo Jaldo, pero también se puede contar como parte de los “monotributistas” como los llaman a los que se mueven según sus propios intereses dentro de la oposición. El 17 de diciembre dejó el bloque justicialista para pasar bajo el ala de Moisés y días después votó a favor de LLA. El marido de Mendoza es el intendente de Faimaillá y le toca negociar fondos con el jefe territorial.

Quien sí se mueve bajo la jefatura de Jaldo al 100% es Beatriz Ávila, que conformó el monobloque Independencia y ni siquiera se sumó al interbloque Popular. También votó a favor del Presupuesto y acompañó el capítulo 2.

En las horas previas y posteriores a la votación, Guillermo Andrada se mostraba molesto con su propio acompañamiento al oficialismo. Respondió a las órdenes de su jefe político, Jalil, sin mucho margen de maniobra.

De 28 senadores que contiene el interbloque, en el peronismo admiten que quedaron 25 duros que no se moverán al calor de La Libertad Avanza. Pero el desorden que provocó la votación del Presupuesto a algunos no les preocupa. “Si el Gobierno no tenía los votos, se los íbamos a tener que conseguir nosotros. Todos necesitamos presupuesto. Teníamos límites como el capítulo 2, pero el oficialismo no se podía seguir moviendo sin presupuesto y sin que nosotros pudiéramos auditar esos gastos”, reconoce uno de los legisladores más críticos de la gestión libertaria.

¿Qué pasará hacia adelante? En el peronismo creen que la reforma laboral que se discutirá en febrero encontrará a un peronismo más ordenado y a otros sectores de la oposición más críticos que en la última sesión del año. “No les hacían falta tantos votos pero tenían que tapar la derrota en Diputados y fueron por todo. Esta vez lo consiguieron, la próxima saben que no”, dice un experimentado senador. Hacen número para la próxima discusión y prometen que de los suyos no se escapará ninguno.

La vice, una figura perdida dentro del nuevo Senado

Los movimientos del nuevo Senado demostraron que la figura de Victoria Villarruel quedó totalmente marginada de cualquier discusión política. “Ya arreglé lo de la plata del Senado”, le dijo Patricia Bullrich días atrás a la vicepresidenta para que avalara el reparto de las comisiones perjudicando al interbloque Popular. Lo avaló pero la plata nunca llegó.

La promesa incumplida de la nueva jefa de bancada hizo molestar a Villarruel, que dejó el silencio para avisar que los números están en rojo y que será muy difícil con el presupuesto previsto para 2026 que el Senado funcione. Hay plata para la Cámara de Diputados que conduce Martín Menem pero no para la Cámara alta.

El ánimo de Villarruel quedó expuesto en plena sesión cuando la legisladora peronista Cristina López pidió una cuestión de privilegio contra su figura. Cuando la senadora de Tierra del Fuego criticaba el autoritarismo de la vicepresidenta, la propia Villarruel le cortó el micrófono para que no siga hablando. El propio Luis Juez tuvo que ponerle un límite y decirle que la senadora opositora debía poder hacer uso de la palabra. A la vez otros legisladores de su propio espacio le pedían a Villarruel que deje continuar a los opositores con mensajes de WhatsApp. Lo hizo después de largos minutos. “Está totalmente sola, la dejaron sin plata, la hicieron votar a favor de ellos el reparto de comisiones y ahora hasta el propio Juez le tiene que poner límites en el recinto, algo que es tarea de ella”, decían desde el peronismo en las horas calientes de la sesión.