La marcha de la CGT, que tuvo el apoyo de Axel Kicillof, comprendió como punto de encuentro avenida Independencia y Perú y luego culminó en el Monumento al Trabajo, no movió el amperímetro del Gobierno, concentrado en otros temas. A diferencia de otras oportunidades, no aparecieron críticas desde Casa Rosada y se decidió no responder las demandas de la central obrera que estuvo acompañada por otros colectivos, como las dos CTA.
Los funcionarios que estuvieron en Balcarce 50 estuvieron de buen humor y expresaron que la marcha "no fue tema" de conversación. Incluso, algunos miembros del equipo de gobierno de Javier Milei ni registraron que había una convocatoria hasta después del mediodía producto del corte de tránsito del centro porteño y las quejas de automovilistas.
Eso sí: recalcaron que en la actualidad no hay puntos de coincidencia con los popes de la calle Azopardo y no hay temor de un posible plan de lucha, una serie de manifestaciones contra el oficialismo, de parte de la CGT. Creen que huelgas a repetición terminarán por desgastar a la central.
Paro de colectivos: la UTA anunció una huelga el 6 de mayo tras el fracaso de la paritaria
Las expresiones sindicales
El Secretario General de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS), Armando Cavalieri, expresó: “La contundencia de una movilización de esta magnitud manifiesta que el movimiento obrero organizado y los/as trabajadores/as de todo el territorio nacional estarán atentos a cada una de las medidas que pongan en jaque al sinnúmero de derechos y conquistas que resguardan el bienestar y el porvenir de la clase trabajadora”, explicó Cavalieri.
La gran columna de los mercantiles encabezada por Cavalieri llevó entre sus filas una gran bandera con la imagen del Papa Francisco, simbolizando los ideales que durante su vida alzó y mostró al mundo entero.
En tanto, la CTA de Hugo Godoy destacó la unidad entre todos los sectores que participaron, como ambas CTA y la Unión de los Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
TC / Gi