El relacionista público Leonardo Cohen Arazi, quien está detenido al ser imputado en la causa por presuntos abusos a juveniles de las divisiones inferiores de Independiente, dijo este miércoles que tiene "miedo" de morirse en la cárcel a raíz de problemas en su salud y afirmó que "nunca" estuvo con menores de edad.
"Tengo miedo de morirme en la cárcel por mi salud", reveló Cohen Arazi que el pasado 19 de abril debió ser internado en el Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora tras sufrir una arritmia cardíaca. En esa oportunidad el relacionista público sufrió una descompensación, presuntamente por un cuadro de estrés en la cárcel y mala medicación que derivaron en ese cuadro clínico y, al parecer, estos problemas de salud se complicaron, porque a Cohen Arazi le habían colocado tiempo atrás un bypass gástrico.
En declaraciones al canal El Trece, manifestó: "Pedófilo es el que está con menores de edad y yo nunca estuve con menores de edad. Pagarle a un mayor de edad no es delito y los 6 casos que me imputan son mayores de edad". "Siempre tuve sexo oral y me cuidaba", expresó a la vez que confirmó que no tiene VIH, tras lo cual comentó: "Yo no filtré los videos de Juan Cruz Sanz. Mi celular lo tiene la fiscalía y aparte él nunca me pasó ningún video de su intimidad".
Causa. La investigación por los abusos de menores en Independiente se inició luego que uno de los jugadores que vive en la pensión del club le contó al jefe de departamento de psicólogos que él y otros chicos mantenían relaciones sexuales con mayores a cambio de plata.
Según se probó, los abusos no sólo eran a cambio de dinero, sino que que hasta ofrecían hacerlo por botines o calzoncillos boxer. "Sabían de las necesidades de esos chicos que mayormente vienen del interior, sin contención y con necesidades económicas importantes y por esas cosas eran sometidos", explicó la fiscalía a cargo de María Soledad Garibaldi.
La hipótesis que manejan los pesquisas es que la red de prostitución captaba a los jugadores de las divisiones inferiores de Independiente a través de Instagram y Facebook, para luego engañarlos y con el ofrecimiento de dinero, llevarlos a un lugar en donde eran explotados sexualmente.