Cuando Sergio Tomás Massa llegó a la Jefatura de Gabinete corrían los días finales del mes de julio del 2008. Con sus obvias diferencias, la historia de su llegada en ese entonces y su nueva designación como "superministro" de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura tienen puntos en común: un Gobierno en plena crisis y Alberto Fernández en el centro de la escena.
Aquel 23 de julio, hace poco más de 14 años, la entonces presidenta Cristina Kirchner llevaba menos de ocho meses de gestión al frente del Poder Ejecutivo. Al escenario de crisis internacional se le sumaba el antes y después que significó la crisis con el campo a raíz de la Resolución 125 y la posterior votación en el Congreso. Alberto Fernández era el jefe de Gabinete y hacía varias semanas que criticaba algunos aspectos de la gestión, algo que, mencionan las crónicas periodísticas de la época, había desgastado su relación tanto con la presidenta como con Néstor Kirchner.
Pero el pico máximo de la crisis tras cien días de medidas de fuerza lideradas por la patronal del campo, Fernández pegó el portazo. Las primeras versiones de su salida fueron filtradas cerca de las 6 de la mañana de aquel miércoles y se confirmaron cerca de las 10, tras el llamado a Cristina. La presidenta cortó y al rato le sonó el teléfono al entonces intendente de Tigre, que estaba pensando en irse de vacaciones con su pareja, Malena Galmarini.
El clima de aquella jornada fue similar al que se vivió ayer en la Argentina. Profunda tensión ante el portazo y expectativas respecto del nombre del reemplazante dominaron aquella mañana y una de las primeras certezas llegó cuando Massa ingresó minutos antes del mediodía a la Quinta de Olivos. Más de una hora de reunión con la presidenta bastó para postergar sus planes de vacaciones y empezar a pensar en los temas pendientes de la Jefatura de Gabinete.
Las primeras declaraciones de Massa
La prensa todavía digería la salida del entonces secretario de Agricultura Javier De Urquiza y la llegada de Carlos Cheppi, primer cambio. La oposición, con la Coalición Cívica y la UCR a la cabeza ya había sacado comunicados pidiendo cambios profundos y la cabeza del secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
En esa línea, cerca de las 13, Massa confirmó por radio la propuesta y en tono de euforia dijo que estaba sorprendido, orgulloso y que tenía ganas de trabajar. El hombre del día eligió, horas más tarde, mostrarse ante las cámaras de televisión al igual que como hizo ayer a la noche tras ser confirmado "superministro": en vez de salir de la Cámara de Diputados por una puerta plagada de cámaras de TV y periodistas, en aquel entonces salió de la puerta de la Municipalidad de Tigre con una sonrisa plasmada en su rostro confirmó su desembarco.
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"Cuando me recibió Cristina tuvimos una charla muy cordial de más de una hora, a solas, en la que me pidió que la acompañara como jefe de Gabinete. Que ella creía que podía ser muy útil para la administración del Estado y en la articulación de los temas con los gobernadores y los legisladores", le contó horas más tarde a Clarín.
Esa fue una de las tantas entrevistas que dio a la prensa en el día. Massa estaba convencido de que uno de los puntos débiles del Gobierno que apenas pasaba su primer medio año de gestión era ese, la comunicación.
"El reflejo (de los primeros meses) está en la inauguración de la planta de gas de TGS esta semana. Pasaron cosas importantes que a lo mejor no tuvieron volumen desde la comunicación. Quizá no tuvimos la fuerza para mostrar otras cosas. Y es un tema para trabajar desde mañana", decía sobre uno de los inconvenientes que también se le señalan al presidente Alberto Fernández.
Respecto del conflicto con el campo y de la crisis interna en el Gobierno, Massa se mostraba prudente, no tenía problemas en decir que "no me corresponde adjetivar en este momento" y exhortaba a los funcionarios a discutir los desacuerdos puertas para adentro.
Su paso por la gestión
Su paso por la Jefatura de Gabinete fue fugaz, pero no tanto como otros funcionarios o funcionarias que son designados en el Gobierno y apenas duran días. En el caso del tigrense, casi un año después presentó su renuncia.
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"Dimiten el ministro de Economía y el jefe de Gabinete", fue uno de los títulos publicados por los nuevos portales de noticias el 8 de julio del 2009. La salida de Massa no fue la única y se venía gestando desde varios meses atrás, pero se precipitó diez días después de una derrota electoral del oficialismo del que, en el plano tigrense, había querido despegarse.
Como hito trascendental de su año de gestión se destaca su trabajo junto a Cristina en un proyecto clave para jubilados y pensionados: la nacionalización de los fondos de las AFJP.
Su salida del Gobierno fue otro ítem más de una carrera política que en aquel entonces ya tenía un camino transitado desde sus inicios en la UCeDé, el menemismo y su paso por la Anses durante la presidencia previsional de Duhalde. Fue reemplazado por Aníbal Fernández, hoy ministro de Seguridad.
AS/ff