POLITICA
Entrevista

Rafael Correa: "A Alberto le entregan un país destrozado, no esperen que haga milagros"

El ex presidente de Ecuador consideró que es una reivindicación para América Latina el triunfo de Alberto y Cristina.

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Conferencia. Correa dialogó con PERFIL y otros medios en la Facultad de Sociales de la UBA. | gza. martin schiappacasse

“La gente tiene que entender: gobernar es difícil y hay que vencer obstáculos inmensos. Alberto va a tener unos desafíos tremendos y te aseguro que esa prensa burguesa, de la derecha, va a esperar solo unos meses para caerle con todo y desinformar”, reflexiona el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, ante PERFIL.

Es miércoles a la tarde y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires aguarda por la clase magistral del líder de Revolución Ciudadana con las aulas casi en penumbras. No hay luz en Constitución ni en varios barrios de la Ciudad por el sofocón que asfixia a Buenos Aires. Pero a la hora señalada, Correa ingresa al edificio entre aplausos, cantos y selfies.

—Gobernó diez años Ecuador, ¿cómo puede Alberto Fernández conciliar la presión externa por la deuda con las demandas sociales?

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—Con mucho apoyo popular. Nosotros no tenemos apoyo mediático, económico o religioso, solo a la gente. A Alberto le entregan un país destrozado. No esperen que haga milagros. Se hace lo posible. Hay que ser conscientes de lo que estamos enfrentando y lo importante. La gente debe entender y tener paciencia, saber perdonar errores y demoras. Lo único que no se debe perdonar jamás es que terminemos del lado contrario de la historia. Debemos ser progresistas.

—Enfatiza en la desinformación como un factor que atenta contra la democracia, ¿cómo se corrige sin pelearse con los medios?

—Lo digo por experiencia propia, muchas veces la gente espera otras cosas, demandas que no podemos satisfacer, pero, al menos, aguarda por una respuesta. La comunicación es importante. Sobre todo para derrotar esa información parcializada, como cuando solo se hace hincapié en el puente o la carretera que no se reparó. “Ah, estoy diciendo la verdad”. No, no estás diciendo toda la verdad. Es como si solo habláramos de los goles que erra Messi. Estás induciendo al error.

—¿Es casual que gran parte de los referentes progresistas de la década pasada enfrenten hoy causas de corrupción?

—Hay mucha hipocresía al respecto. Gran parte del dinero de la corrupción llega a través de los paraísos fiscales. Eliminémoslos. Pero entonces vemos dónde están y no se ve que hagan mucho contra esos lugares. La lucha contra la corrupción está tomando el lugar de lo que alguna vez fue la lucha contra el comunismo para perseguir a los gobiernos progresistas y todos los dirigentes que transmiten que algo puede cambiar.

Si ser feminista es estar a favor del aborto, creo que debemos redefinir ciertas categorías.

Definiciones. A lo largo de la media hora de conversación con los medios presentes, Correa deja otras definiciones sobre la región. “La victoria de Alberto y Cristina no es solo una reivindicación para la Argentina sino una gran esperanza para toda América Latina –responde respecto al optimismo por una primavera progresista, pese al golpe de Estado en Bolivia y la derrota del Frente Amplio en Uruguay–. Aquí empezó la restauración conservadora en 2015 y acá se empieza a sepultar”.

Sobre el feminismo y la lucha por el derecho al aborto libre, seguro y gratuito, defiende su postura contraria: “Yo me considero feminista en cuanto a luchar por la igualdad de derechos para la mujer y cambiar una cultura machista que provoca femicidios, pero si feminista es estar a favor del aborto, entonces creo que debemos redefinir ciertas categorías. No comparto esa idea aunque no creo que eso me haga menos feminista”.

La victoria de Alberto y Cristina no es solo una reivindicacion para la Argentina, sino una gran esperanza para toda América Latina.

Y por último, al ser interrogado sobre el lawfare, la denuncia del progresismo por un hostigamiento judicial en su contra en América Latina, el ex presidente ecuatoriano equipara los casos en Argentina contra la vicepresidenta Cristina Fernández con los que él mismo enfrenta en Ecuador: “Tengo más de treinta casos inventados contra mí, más que Al Capone, Pinochet y el Chapo Guzmán juntos”.

Correa denuncia una asociación entre medios que “toman un caso de corrupción verdadera o inventada y lo generalizan” y jueces “que solo esperan el titular para copiarlo en la sentencia”. Y vaticina que habrá un punto final cuando cambie la situación política. “Muchos juicios serían imposibles en un Estado de derecho. Y esa es una de las causas del subdesarrollo de América Latina: somos muy tolerantes con las mayores barbaridades. Eso no es libertad de expresión, es irresponsabilidad. Solamente la verdad nos hará libres”.

MC